La necesidad imperaba en Santander en el duelo entre cántabros y gallegos. Ambos ocupaban el descenso, si bien la situación del Dépor era aún más preocupante, ya que los de Luis César Sampedro llegaban como colistas.
Esa emergencia influyó en el arranque del partido. El Racing, con poco, mandó en los primeros compases ante un rival desaparecido que parecía seguir en el túnel de vestuarios. Y tuvo que ser una individualidad lo que abriese el choque.
Karim Yoda se marcó una gran jugada en el área para adelantar a los de Iván Ania. Regateó a tres jugadores en la frontal del área, orientó la bola y, con la zurda, puso el balón en la base del palo de la meta de Dani Giménez.
Se le ponía la cosa de cara al Racing, pero el equipo local no fue capaz de gestionar bien el resultado. El Dépor, obligado, comenzó a reaccionar, aunque fue en la segunda parte cuando dio el paso definitivo hacia adelante.
Tanto fue así que, a vuelta de vestuarios, los gallegos se hicieron dueños y señores del partido. El Racing parecía haber vaciado el tanque de gasolina demasiado pronto y el paso de los minutos le fue metiendo aún más en su área.
Fruto de ello pudo empatar el Deportivo en el 54', pero Koné, ex racinguista, mandó su remate a la madera. No subió al marcador, pero precedió al empate de los coruñeses.
Jovanovic, en el 67', cruzó el balón al lateral de la red ante Luca Zidane e hizo justicia en el luminoso. Pero el equipo de Luis César, que sólo había sumado derrotas en sus dos primeros encuentros, quiso más hasta el final.
Koné tuvo alguna para poner el 1-2, así como Longo, que malogró un claro remate antes de ser cambiado. Una decisión que no se tomó nada bien el delantero italiano.
Con el Dépor volcado en busca de un triunfo que se resiste desde la primera jornada, el partido acabó con un 1-1 que, al menos, puede ser considerado como un punto de inflexión por los gallegos. Más por imagen que por el puntos.
Los visitantes siguen colistas con nueve puntos, mientras que el Racing, con once, seguirá en descenso una semana más.