El Athletic de Bilbao resistió con diez futbolistas en el patatal de Perugia hasta que Nicolò Zaniolo se inventó una pena máxima en el último minuto. Un balón centrado desde la izquierda llegó al italiano en pésimas condiciones por el mal estado del campo y se remató en su propia mano.
El rechace golpeó después en el brazo de Yeray y Fabio Maresca pitó penalti. Las protestas del Athletic de Bilbao, encabezadas por Iñigo Martínez, obligaron al colegiado a consultar la decisión con sus asistentes y ninguno pudo verificarle la acción.
Una situación que el árbitro solucionó preguntándole directamente a Zaniolo, quien no tuvo el valor de decir la verdad y narró la jugada acorde a sus intereses. Un hecho que generó gran indignación en las redes sociales y que el propio futbolista quiso disculpar públicamente.
"Ya me disculpé ante el árbitro, pero me siento en la obligación de hacerlo también con los rivales y los aficionados", espetó el joven centrocampista romano.
7 de agosto de 2019
8 de agosto de 2019