El brasileño llegó a la cantera del Real Madrid como una de las grandes promesas del fútbol brasileño, pero el infortunio con las lesiones han ido frenando su crecimiento en las tres campañas que lleva como jugador blanco.
En cada una de ellas sufrió una grave lesión de rodilla y apenas había disputado tres encuentros con el Castilla. Este fin de semana, ante el Toledo, Abner volvió a jugar.
Dispuso de media hora en la que dejó buenas sensaciones. Tras su última lesión, la frustración le hizo pensar en la retirada, pero una conversación con Zidane frenó esa posibilidad.
Desde entonces, trabajó duro para recuperarse y ya trabaja a las órdenes de Solari en el filial. Ahora, su gran objetivo es llegar al primer equipo, en el que el técnico francés le espera con los brazos abiertos para convertirse en el heredero de Marcelo.