Los cambios del Real Madrid en el Wanda Metropolitano volvieron a evidenciar uno de los problemas que está teniendo el conjunto blanco esta temporada. El técnico francés apenas hizo dos cambios, y uno de ellos fue obligado.
Teniendo en el banquillo a Lucas Vázquez o Dani Ceballos, este último en un gran estado de forma, se conformó con sacar a Nacho por el lesionado Ramos y con meter a Asensio a falta de 13 minutos por un desaparecido Benzema.
La temporada pasada, el entrenador del Real Madrid cimentó su éxito en el buen uso del banquillo. James, Morata, Asensio, Isco, Lucas Vázquez, Nacho o Kovacic le solventaron numerosas papeletas en Liga.
Este curso, entre lesiones y falta de experiencia, Zidane no confía en muchos de los jóvenes por los que pareció apostar en verano. Llorente no tiene opciones, Ceballos entra muy de vez en cuando, Lucas Vázquez y Asensio no responden tanto como el año pasado, Mayoral es un recurso muy a la desesperada y Theo tampoco le ofrece confianza. Así, se plantó en el Metropolitano firmando apenas dos cambios. Dejando arsenal en el banquillo.
Zidane no confía en lo que tiene y se aferra prácticamente a los 13 o 14 jugadores que viene utilizando hasta ahora y con los que se le está alejando la Liga. Porque el plan B que tanto le salvó el pasado curso, ha dejado de existir, en gran medida, por su desconfianza.