El primer Barça-Madrid de la pandemia confirmó que un 'Clásico' siempre es un 'Clásico'. Hubo alternativas, temple, reacciones, polémica... hubo de todo en el choque del Camp Nou, en el que Zidane dejó claro que Ronald Koeman aún está verde en esto de los choques de máxima rivalidad.
El Real Madrid se impuso y no lo hizo por ser muy superior al Barça, pero sí por saber leer mucho mejor el partido. El nuevo técnico azulgrana apostó por la juventud, que puede aportar muchas cosas, pero también se queda a medias en otras. Respondió bien al desafío Ansu Fati, pero no Pedri, que borró todas las buenas sensaciones que había dejado desde su llegada al club azulgrana con un encuentro bastante discreto.
Intercambio de goles y golpes
Los blancos demostraron mayor solvencia y experiencia. Mayor saber estar en algunas situaciones ante un Barcelona demasiado temeroso y con muchos nuevos nombres que aún no le han pillado el punto a lo que quiere su técnico. Ni cinco minutos tardó Valverde en castigar la falta de atención de un Busquets que no es el que era. Nadie persiguió al 'Pajarito', que se coló entre los desubicados Piqué y Lenglet para hacer el 0-1.
Semejante apuesta exigía una reacción inmediata y esta llegó. Messi agradeció la vuelta de Jordi Alba y este le sirvió en bandeja el empate a Ansu Fati solo cuatro minutos después del primer tanto. Los goles tuvieron hasta similitudes y profecías. Marco Asensio no siguió al lateral azulgrana y Ansu Fati constató que pronto Sergio Ramos también tendrá que dejar paso a nuevas generaciones.
La primera parte fue de arreones. Primero le tocó al Barcelona tras el 1-1. Coutinho, una caída al límite de Messi en el área después de un robo por centímetros de Casemiro... Y el argentino tuvo la más clara del choque tras un contragolpe. Amortiguó con el pecho y buscó el primer palo con una volea que recordó a las de anteriores 'Clásicos' con Casillas enfrente. Courtois salvó a los 'merengues' en su peor momento.
Pero el Real Madrid acabó mejor la primera parte. Neto le negó el 1-2 a Benzema en un remate cantado y los blancos llegaron a acumular una posesión del 58% en territorio enemigo y con la sensación de crear peligro en cada acción a balón parado de la que disponían.
Hacia el filo de la primera parte, una inoportuna lesión de Nacho, que estaba cumpliendo, terminó cambiando el partido. Entró Lucas para jugar en una posición a la que está teniendo que acostumbrarse casi a la fuerza y acabó siendo de lo mejor del Real Madrid tras la reanudación. El gallego cerró a Coutinho y Dembélé y logró acabar con el peligro de un Jordi Alba al que se le fue acabando la gasolina con el paso de los minutos.
Espejismo 'culé'
El Barça volvió mejor de los vestuarios. Ansu Fati recibió una reprimenda de Leo Messi por 'chuparse' una acción en la que casi encuentra el gol. Eran los mejores minutos 'culés'. El canterano, omnipresente, le regaló el balón del empate a Coutinho, pero el brasileño sigue sin poner en orden sus contradicciones. El brasileño cabeceó fuera con todo a favor.
De nuevo, al arreón azulgrana le siguió uno del Real Madrid. Benzema avisó y el equipo blanco comenzó a decantar el partido en una acción a balón parado. Cayó exageradamente Ramos ante Lenglet y lo pasó por alto Munuera, pero no la sala VAR. Tras la revisión y con el reglamento en la mano, penalti, pero en descargo azulgrana hay que decir que este tipo de acciones no se han estado señalando. El de Camas siguió con su efectividad y puso por delante a los suyos con media hora por delante a pesar de que Neto se quedó cerca del milagro.
El 1-2 exigió a un Barcelona que volvió a exhibir voluntad y defectos. Merecieron el empate los de Koeman por insistencia, no tanto así por buen fútbol. Se olvidó de los cambios el técnico mientras el choque se consumía, con Dest mostrando sus virtudes... y casi mejor, pues cuando los hizo rompieron totalmente al equipo.
Entraron a la desesperada Dembélé, Griezmann, Trincao y hasta Braithwaite, mientras se retiraban piezas otrora claves como Busquets o Jordi Alba. El 'Clásico' demandaba riesgos, pero el Barça no los asimiló bien. El Madrid gobernó los minutos finales, con Messi impotente, y convirtió en figura a Neto, que salvó ante Kroos y Ramos, pero no pudo hacer lo propio con Modric, quien le ridiculizó en su único lunar serio del partido para hacer el 1-3.
Fue la sentencia y la constatación de que este 'Clásico' llegó muy pronto para el Barça de Koeman y en el momento adecuado para un Zidane que siempre se pasa la pantalla del Camp Nou. La crisis cambia de barrio.