Emboscada y fuera de casa. Es lo que se encontró el Cádiz en su visita al Carlos Belmonte. Esperaban los de Cervera seguir siendo los más incisivos y los más dominantes, pero sus rivales estaban preparados para neutralizarles y lo hicieron durante casi toda la primera mitad.
Tras los primeros compases de respeto y tanteo, fueron rompiendo el hielo ambas escuadras. Los locales lo hacían con mayor profundidad y peligrosidad, lo que hizo que sus contrincantes se echaran atrás. No hubo disparos de peligro por parte de los andaluces.
El 'queso mecánico' tuvo varias para fermentar su primer gol del partido, pero no llegaba el premio. La mejor ocasión, una de muchas, fue un testarazo de Kecojevic que se fue por muy poco de la meta de Cifuentes por su parte diestra. Le faltaron centímetros.
En el segundo acto, el Albacete siguió siendo superior en un principio, pero la orden de Cervera fue clara: atacar sin pensárselo dos veces. De ahí que Iza casi marcara un golazo desde la frontal tras probar suerte con un pepinazo. Luego, paró Cifuentes un gran tiro de Zozulya.
Ello fue evidencia de lo que serían los últimos 45 minutos: un toma y daca constante del que ninguno de los dos salía satisfecho. No por la incapacidad para crear jugadas, sino para hacer que estas fueran incisivas y sirvieran para desequilibrar la balanza en el electrónico.
En el tramo final del duelo, los gaditanos fueron superiores y tuvieron oportunidades para llevarse los tres puntos. Las construcciones de los blancos eran demasiado lentas como para causar problemas, pero apareció Zozulya con un cabezazo antológico a un centro de Pedro Sánchez y los tres puntos se quedaron en casa.