Es, sin duda, el lunar negro del fútbol. Lejos de fomentar la convivencia pacífica entre aficiones, los hinchas rivales de uno y otro equipo suelen verse como elementos contrapuestos del panorama futbolístico.
Eso lleva a hacer trabajar a los agentes de seguridad para que los actos violentos no se conviertan en una norma habitual en la previa de los encuentros y este tipo de duelos puedan desarrollarse con total normalidad.
Para el Sevilla-Lazio de Europa League, hasta más de 1.000 agentes fueron movilizados para garantizar la seguridad de uno y otro bando. Entre ellos, Polícia Nacional, Policía Local, Bomberos y servicios sanitarios.
Para evitar cualquier tipo de incidente, los 'tifosi' italianos fueron concentrados en los Jardines de Murillo, desde donde fueron escoltados por los cuerpos y fuerzas de seguridad hasta el Sánchez Pizjuán.