1. Los presidentes-hooligan
La corrección y las formas han echado a perder el picante de la Liga. ¿Qué es eso de comer con la directiva del equipo contrario antes de los partidos?
La rivalidad en los años 90 comenzaba fuera del terreno de juego. Una semana antes del partido, ambos presidentes calentaban el choque en los medios de comunicación (sí, no había Internet y había que tirar de radio, prensa escrita, televisión...).
Y tampoco es que los presidentes se casaran con nadie. Famosas son las broncas de Gil con sus jugadores y técnicos o de Paco Roig, sin ir más lejos, con ex futbolistas de su equipo como Mijatovic.
Y es que... ¿quién ha olvidado el puñetazo mafioso de Gil al ayudante de Caneda o los bailes de Mendoza con los Ultras Sur?
2. Los extranjeros random
¿Dónde quedó aquello de fichar lo que sea... pero fichar? En los 90, hubiera dinero o no, todos los clubes de Primera y Segunda División sacaban dinero de debajo de las piedras para encontrar aquel extranjero que marcase la diferencia.
Hay que recordar que no había 'sentencia Bosman' y solo podían ir convocados cuatro extracomunitarios, de los que únicamente podían actuar tres. ¿Quién no recuerda el lio que armó Jorge Valdano al equivocarse y meter al terreno de juego más extranjeros de los permitidos?
Ante semejante éxtasis comprador -ni que fueran unas Navidades eternas-, no es extraño que llegaran a la Liga 'pufos' como Torrisi, Maguy, Marlon Brandao, Vítor, Ekelund, Vucevic, Kasac... aunque hay que reconocer que algunos como Ivanov, Peternac, Jokanovic, Songo'o triunfaron.
Y es que era imposible que, entre tanta cara nueva, no salieran un par de fichajes aseados. ¿Quién es, para ti, uno de los fichajes más extraños de la historia de la Liga?
3. El Extremadura, el Mérida, el Burgos, el Compostela, el Lleida, el Logroñés, el Albacete, el Salamanca...
Mientras que equipos como Getafe, Villarreal o Granada se han asentado en Primera en los últimos años, la de los 90 fue una década de 'equipos ascensores'. Clubes que subían, vivían en el alambre un par de temporadas (o incluso descendían a la primera) y acababan bajando para siempre.
Alguno, incluso ha desaparecido con el paso de las temporadas, fruto de los dispendios en materia de fichajes explicados en el punto 2. ¿Quién no recuerda el Extremadura del 'Mono' Montoya, Silvani o Duré? ¿O el Mérida en el que debutó Leo Franco? ¿Qué decir del histórico Real Burgos de principios de los años 90? ¿Y el Compostela de Caneda a mediados de la década?
De entre todos, el Logroñés es el que más aguantó y el que más huella dejó. Pero ahora, sin estadio y sin club (el CD Logroñés desapareció), solo el recuerdo del viejo Las Gaunas y los goles de Salenko mantienen vivo en la memoria de los aficionados a un equipo que acabará cayendo en el olvido para siempre en las generaciones venideras.
4. La cesión y los libres indirectos dentro del área
El estilo de juego defensivo que proliferó en el Mundial de Italia (1990) llevó a la FIFA a aplicar una regla muy polémica en 1992. Y es que, desde entonces, los jugadores ya no iban a poder ceder el balón a su portero para que este lo cogiera con las manos.
Esto, que parece un sinsentido, se pudo hacer desde los inicios del fútbol hasta la temporada 1991-92. Así, fue normal que, a partir de esa campaña, los libres indirectos dentro del área se convirtieran en el pan nuestro de cada día en el fútbol de Primera y Segunda.
No había partido a mediados de los años 90 en el que no se viera una cesión o una acción polémica al respecto. Y es que la regla que permitía ceder el esférico al guardameta estaba muy presente en los jugadores y los porteros de la época.
Afortunadamente, con el paso de los años, jugadores, entrenadores y guardametas se hicieron a la norma y los libres indirectos por cesión en el área terminaron por prácticamente desaparecer.
5. La promoción de ascenso en la Liga
A comienzos de los años 90, no había 'play off' de ascenso a Primera. Tampoco, como más adelante sucedería, había tres ascensos y tres descensos automáticos. Los dos últimos clubes de Primera División descendían a Segunda y eran reemplazados por los dos primeros de Segunda División.
Luego, el tercero y el cuarto de Segunda jugaban una eliminatoria a dos partidos con los 17º y 18º clasificados de Primera. El Valladolid salvó la de 1994 goleando al Toledo en la vuelta después de perder con claridad en la ida y el Racing pasó por encima del Espanyol un año antes, enviando a los 'pericos' a Segunda.
Fueron, por lo general, partidos más que vibrantes que incluso llegaron a decidirse en los penaltis en alguna ocasión.
6. Estadios que ya no existen
Muchos han quedado ya en el olvido, pero los años 90 fueron los grandes años de estadios que no existen. Ni el Insular de Las Palmas, ni el Lluis Sitjar de Mallorca, ni los viejos Carlos Tartiere o Las Gaunas existen ya físicamente.
Algunos han sido sustituidos por un nuevo estadio, en tanto que otros siguen abandonados o han sido adaptados a un nuevo uso. Pero, se juegue en ellos o no, nadie olvidará los tantos de Carlos y Oli en el antiguo Carlos Tartiere o los pases largos del 'Tato' Abadía en el viejo Las Gaunas. Ni se pasarán por alto los primeros pasos de Prats o Gálvez en el fútbol español o las virguerías de 'Turu' Flores en Las Palmas.
Tampoco nadie olvida que, en los 90, el fútbol se veía de pie en los estadios. Unas barandillas impedían que los aficionados se precipitaran al vacío y era prácticamente imposible ver un partido sentado tranquilamente, comiendo pipas. En ese sentido, también la esencia del fútbol se ha perdido. Una normativa de la FIFA que buscaba aumentar la seguridad obligó a obras en todos los estadios para que el fútbol se viera en butacas. Más seguridad, sí, pero también menos espectáculo.
7. Las botas negras
¿En qué hora se le ocurriría a Alfonso la idea de utilizar botas de colores? Desde el primer momento en el que el delantero de Betis, Real Madrid y Barcelona puso de moda las botas de colores, se perdió la esencia de una herramienta clave en el mundo del fútbol.
Mientras la mejora técnica era necesaria en el material deportivo, cosas como los colores en las botas empezaron a cambiar la personalidad del futbolista. Donde estén unas viejas 'Copa Mundial'...
8. Las camisetas de fútbol sin nombre
Muchos dicen que las camisetas con nombre prostituyeron por completo el fútbol. Sin 'Guti HAZ' y sin 'SQD', todos sabíamos la alineación inicial por escuchar al locutor de los estadios, no por ver el nombre del futbolista en la camiseta. Para algunos, era un atraso. Para otros, el fútbol era más bonito al saberse la posición de los futbolistas por su número.
A modo de recordatorio: (En Europa) 1 PORTERO; 2 LATERAL DERECHO, 3 LATERAL IZQUIERDO, 4 CENTRAL, 5 CENTRAL; 6 CENTROCAMPISTA CENTRAL, 7 INTERIOR IZQUIERDO, 11 INTERIOR DERECHO, 8 CENTROCAMPISTA BOX TO BOX, 10 MEDIAPUNTA; 9 DELANTERO CENTRO. Por supuesto, Cruyff agitó estos números y creó un estilo propio. Hasta en eso fue único el 'Flaco'...
9. La mascota de la Liga, Goli
En los años 90, no eras nadie sin mascota. En pleno auge de Cobi, Curro y el perro del Mundial de Estados Unidos, a la LFP no se le ocurrió una mejor idea que crear una mascota, y tiró del clásico perro, tan de moda por aquel entonces.
No hace falta que frotes tus ojos, te aseguramos que no es una broma de mal gusto: la LFP tuvo mascota. Fuera por falta de éxito o porque los tiempos cambiaron, este entrañable 'chucho', que podía cambiar de camiseta de la noche a la mañana al más puro estilo Miquel Soler, acabó por desaparecer de nuestras vidas. Hay que reconocer que, hombre, entrañable era...
10. Los árbitros, explicando su actuación tras el partido
Probablemente cambiaría mucho el mundo del fútbol si los árbitros pudieran explicarse tras los encuentros. No entendemos por qué se tomó la decisión de prohibir hablar a los colegiados tras los partidos. Y es que sí, en los años 90, los árbitros podían hablar y dar su versión de los hechos tras los partidos. Normal que se dieran situaciones tan surrealistas como la siguiente entre Jesús Gil y Andújar Oliver. Ver para creer hoy día...