En la temporada 2003-04, en un amistoso del 16 de noviembre de 2003, se produjo un hecho que cambió para siempre la historia del fútbol. Frank Rijkaard le dio la alternativa en un choque ante el Oporto a Leo Messi, uno de los mejores jugadores de toda la historia.
El argentino dispuso de algo menos de 20 minutos desde su entrada y tampoco es que cuajara un gran encuentro. Sin embargo, el partido le permitió estrenarse con el equipo de su vida con solo 16 años.
Con todo, no sería hasta la campaña siguiente, en la que el Barcelona conquistó el título de Liga de la mano de Frank Rijkaard, cuando Leo Messi contó con minutos de forma oficial. En su primer año entre los grandes, el astro jugó nueve partidos y marcó un gol.
Su consolidación llegó en la 2005-06, en la que Rijkaard lo usó generalmente como titular hasta su lesión. Contó con 25 partidos y marcó ocho dianas. Además, dio sus primeras tres asistencias.
Desde entonces hasta la actualidad, el argentino ha seguido marcando goles y regalando tantos hasta los 640 anotados y los 251 regalados, cifras que le convierten en uno de los mejores, si no el mejor, de toda la historia.
Su debut, del que este lunes se cumplen 17 años, fue precisamente ante el Oporto de José Mourinho, un técnico con el que tendría sus más y sus menos y al que amargaría de forma sistemática durante casi toda su carrera.