El fútbol hace demasiadas predicciones. Críos que apenas han demostrado un par de pinceladas ya son vistos como las estrellas del futuro. Las que se hicieron sobre Messi, no obstante, no eran capaces de albergar la gran estrella del rosarino, que ya se hace mayor.
Hace 18 años, un mes de septiembre albergó las primeras carreras de Messi en las categorías ingeriores del Barça. Sentaba a rivales más altos, ganaba a todos en velocidad, sorteaba a cada portero. Un portento que prometía ser una nueva esperanza para el barcelonismo.
No hace falta glosar la carrera de la estrella azulgrana para saber hasta dónde ha llegado ni decir todo lo que supone en 'Can Barça'. No habrá otro igual, sostiene el barcelonismo. Y no está de más recordarlo ahora que tiene más fútbol por detrás que por delante.
Literalmente, Leo Messi cambió la historia. Del Barça y del propio fútbol, pues su impacto ha sido y es planetario. Un tipo que ha inventado regates, que nunca se ha cansado de ganar. Que ha planteado un debate imposible hasta septiembre de 2000: si había alguien capaz de superar a Maradona.
El Barcelona vivió un antes y un después en su devenir. Tanto ha conseguido con sus colores como grande será el hueco que deje su ausencia.
Pero aún queda Messi para unos años y en eso anda enfocado el delantero, en seguir disfrutando como lo hacía cuando era un infantil del Barça.
El niño quebradizo, que tuvo que sufrir un severo tratamiento de hormonas para no quedarse por el camino, es ahora uno de los reyes de la historia del fútbol.
17 de septiembre de 2018