El 1x1 del PSG

Analizamos uno a uno cómo ha sido la actuación de todos los futbolistas alineados por Luis Enrique en la final de la Champions League contra el Inter de Milán:
Espectador: acostumbrado a tener noches muy ocupadas a lo largo de esta Champions, la final fue una sesión de baño y masaje para el transalpino. La superiridad de su equipo le hizo pasar prácticamente desapercibido. Solo realizó una buena parada ya con 4-0 en el marcador.
Imperial: la ley del ex se cumplió a lo grande, en toda una final de Champions. Achraf, haciendo gala de su tremenda mentalidad ofensiva, apareció en el área para rematar a placer el 1-0. Omnipresente en uno y otro costado del campo, estuvo sobresaliente también en defensa y la presión. Partido de crack.
Seguro: el ecuatoriano tuvo un partido serio. El Inter de Milán no le exigió demasiado, pero cumplió cuando lo hizo tanto al corte como sobre todo por alto.
Líder: era su momento soñado tras más de una década en el equipo. El brasileño se mostró muy seguro, sin conceder nada y siendo un seguro en sus duelos. Llamó la atención a sus compañeros para pedir cabeza en plena euforia tras el 2-0.
Camaleónico: al igual que Achraf, el lateral izquierdo fue un incordio con sus subidas en ataque, volviendo a veces locos a los jugadores del Inter apareciendo en la línea del centro del campo. Acabó renqueante el primer tiempo y dejó el partido ya con 4-0 para darle minutos a Lucas Hernández.
Infalible: quizá no fue su actuación más brillante, pero fue uno más en esa magnifica coralidad del PSG en Múnich. Junto a Vitinha y Joao Neves, se comió al centro del campo del Inter del primer al último minuto.
Metrónomo: está en la mesa de los mejores centrocampistas del mundo y lo demostró en la noche más grande. Controló a placer el partido, moviendo el esférico sin perderlo, acelerando las acciones y comandando muchas de las transiciones de su equipo. Sobresaliente el luso.
Secundario: a la sombra de Vitinha, Joao Neves cuajó una actuación notable en la final. No cometió errores y estuvo como todo el equipo perfecto en la recuperación y en la basculación del balón.
Mágico: es de esos jugadores tocados por una varita y lo demostró a lo grande. Asistencia a Achraf en el 1-0 y autor del 2-0 y el 3-0, convirtiéndose en el segundo jugador y marcar en una final de Champions con menos de 20 años. Peligro constante y un auténtico dolor de muelas para un Dimarco superado por el joven talento galo.
Picante: casi no tuvo ocasiones para marcar (solo una en el tramo final del primer tiempo), pero cada intervención del 'Mosquito' tenía muy malas intenciones para el Inter. Incansable en la presión, dificultó una y otra vez la salida de balón del rival, provocando muchas recuperaciones. Asistió a Kvaratskhelia en el 4-0.
Insistente: el georgiano, como la mayoría de su equipo, rindió a un gran nivel. Generoso en el esfuerzo, ofreciéndose siempre e intentándolo con ahínco. Tuvo un par de buenas ocasiones que no terminó de concretar, aunque el PSG no tuvo que lamentarlo. Encontró finalmente el premio del gol en un contragolpe con el partido roto.
Disfrutón: saltó al campo con 3-0 en sustitución de Doué y con el trabajo hecho. Realizó una acción sublime para quedarse mano a mano para anotar el 5-0, pero falló con todo a favor. Eso sí, asistió a Mayulu para firmar la 'manita'.
Testimonial: saltó al campo en el tramo final con 4-0 y todo el trabajo hecho. Vivió desde dentro el final del partido para sumar su segunda Champions.
Guinda: salió a escasos minutos del final y besó el santo anotando el definitivo 5-0. Recuerdo inolvidable para el joven jugador francés.
Sin calificar: saltó al campo al final del choque y a duras penas pudo intervenir.
Sin calificar: similar a Zaïre-Emery. El luso entró a la final con el partido finiquitado a esperar el pitido final.