Celebrar un 4-1 es una derrota en todo el mundo excepto en un pequeño estado como San Marino. Caer por la mínima es un paso adelante para todos allí, aunque ellos sueñan con avanzar a base de victorias y no de ilusiones.
Los más pequeños todavía recuerdan el triunfo en el amistoso contra Liechtenstein gracias al golazo de Andy Selva de falta. El delantero marcó el camino y abrió la puerta de la fantasía en un estado incrustado en Italia, otra de las cunas del fútbol.
La Sub 21 recogió el testigo y casi una década después logró sumar tres puntos por primera vez en su historia. El 6 de septiembre de 2013, los jóvenes futbolistas sanmarinenses sorprendieron al mundo y evidenciaron al combinado de Gales en la clasificación al Europeo de la categoría. Biordi dibujó las sonrisas en el 22', convirtiéndose en lágrimas de alegría al término del partido.
Con la meta inalcanzable para participar en el próximo torneo, los pupilos de Constantini van a sustituir sus oficios por los tacos, las calcetas y el escudo de su amado país para que el espejismo de una posible victoria contra Bielorusia se torne realidad. Los sueños no son solo sueños en San Marino. Los Sub 21 sólo han logrado un triunfo en casi 30 años. Van a por el segundo.