En junio de 1987, la Primera División española contempló el último gol de un futbolista melillense. Álex Mohamed fue el protagonista de aquel histórico tanto ante el Valladolid. Un gol que no encontró descendencia. El prolífico fútbol melillense, representado durante todos estos años por jugadores como Balbuena, Chota, Aloisio, Ezequiel o Nacho Aznar, no encontró esa suerte en la máxima categoría del fútbol nacional.
Con la UD Melilla tan asentada como estancada en la Segunda División B, el futbolista local tuvo que buscar fuera una pasarela para la élite. Como el Numancia en el caso de Munir o las canteras de Betis, Villarreal, Espanyol, Girona, Almería o Málaga, que se han nutrido recientemente con futbolistas criados en la ciudad norteafricana.
Fueron pasando los años, hasta que un chaval del barrio de Calvo Sotelo, cuyas calles han sido un hervidero de futbolistas en el seno de la Ciudad Autónoma, acabó con esa racha. Borja Garcés salió al Wanda Metropolitano para debutar en Primera y convertirse en el nuevo niño prodigio rojiblanco. Salvó a su equipo con un gol en el descuento. Un tanto de 'nueve', de ratón de área, de los del 'Patio del Cura'.
De esos goles que metía por activa y por pasiva en el barrio, o en las pistas de fútbol sala de cualquier colegio o instituto que se preciase para echar un buen partido entre amigos. El Tesorillo y La Espiguera vieron crecer exponencialmente su carrera. Aunque el talento no llegue a la tele, Melilla mantiene ese espíritu de fútbol callejero que ahora le ha llevado a ser potencia en fútbol playa.
Criado en la siempre prolífica cantera del Gimnástico Melilla, de donde también salió Munir actual portero del Málaga, empezó a crecer hasta el punto de llamar la atención de un Atlético de Madrid que hoy ya le compara con el mismísimo Fernando Torres. 31 años después de que Álex Mohamed anotara su último gol en Primera, la figura de Borja Garcés ha vuelto a poner a Melilla en la primera plana del mapa futbolístico español.
Sus goles resonarán igual de fuerte en el Bar Aragón, propiedad de la familia, que en el Wanda Metropolitano. Melilla tiene nuevo ídolo y es rojiblanco. Álex Mohamed tiene heredero. Ya tocaba.