"La Federación de Fútbol de Afganistán (AFF) completó hoy la instalación de las luces (...), la primera vez en cuatro décadas, con lo que esta noche hemos vuelto a tener miles de espectadores en el estadio", afirmó a 'Efe' el portavoz de la AFF, Sayed Ali Kazemi.
Según el portavoz, llevó casi dos años que llegaran los focos, adquiridos con la cooperación de Japón, para iluminar el estadio que sustituiría al emblemático Ghazi, que en la década de 1970 era escenario de partidos nocturnos que esquivaban el acalorado día.
Sin embargo, la posterior guerra civil destruyó el iluminado de un estadio al que hace 16 años, durante el régimen talibán, acudían miles de espectadores para presenciar la muerte de un hombre o una mujer a tiros o degollados por los insurgentes.
Una situación que contrasta con el júbilo deportivo mostrado hoy durante una semifinal de la Liga Afgana entre el De Maiwand Atalan, que representa al sur del país, y el De Spinghar Bazan (este), y que finalizó en victoria del primero por 2-0.
Entre los asistentes había destacados representantes del Gobierno afgano, entre ellos el jefe del Ejecutivo, Abdulá Abdulá, según reveló a 'Efe' su portavoz, Omaid Maisam.
"Muestra un gran progreso que después de cuatro décadas podamos ser testigos (de nuevo) de partidos nocturnos, y supone una bofetada a los terroristas que nuestras fuerzas de seguridad puedan ahora garantizar la seguridad en estos eventos incluso de noche", agregó.
El fútbol y el críquet se han convertido en los dos deportes más populares entre los afganos desde la caída del régimen talibán en 2001 tras la invasión estadounidense, incluso a pesar de los riesgos que puede conllevar.
El mes pasado, un atacante suicida detonó los explosivos que portaba en el exterior del estadio internacional de críquet de Kabul, causando tres muertos y 12 heridos, donde se celebraba un torneo con decenas de jugadores y entrenadores de varios países.
Aunque ningún jugador o espectador resultó herido dentro del estadio como consecuencia del ataque, varios jugadores extranjeros abandonaron al día siguiente Afganistán.
El conflicto afgano no ha hecho más que empeorar tras el final de la misión de combate de la OTAN a principios de 2015 y en este momento el Gobierno apenas tiene control de un 57 % del territorio afgano.