Los hechos ocurrieron en las últimas jornadas de la temporada 2012-13. Con el conjunto cántabro ya descendido a Segunda División B, solo una carambola, en forma de sanción al Girona, podía hacer que se salvaran.
Por aquel entonces el presidente del Racing de Santander era Ángel Lavín, si bien también estaba en el entorno del club Francisco Pernía, según aseguró 'Marca'. Ambos fijaron una reunión con Joaquim Boadas, máximo mandatario del Girona.
El presidente del conjunto catalán gabró en audio la cita con los representantes del equipo cántabro. Le ofrecieron amañar el partido, con alineación indebida del Girona, a cambio de dinero y algún jugador.
Boadas, lejos de aceptar la proposición, denunció el intento de amaño. Cinco años después de que se produjesen los hechos ya hay sentencia. Lavín, que en principio inculpó a Pernía, si bien finalmente se habría retractado.
El ex presidente del Racing de Santander, al no tener antecedentes relacionados con el delito de corrupción entre particulares, no ingresará en prisión, teniendo que pagar en ese caso la multa.
"Demostré mi compromiso con el 'fair-play' en un momento que lo que más necesitaba era dinero. He seguido en ello y hemos alcanzado una condena. A mí no me compra nadie", manifestó Boadas a 'Marca'.