65 años de la mayor humillación sufrida por Inglaterra

La visita de Hungría, aquel mediodía frío de finales de noviembre, dejó huella en el imaginario inglés. Los 'tres leones' se llevaron un correctivo que tardaron mucho en olvidar.

El pitido inicial tuvo lugar a las tres en punto de la tarde, y un minuto más tarde ya había marcado Hungría el primero de sus seis goles. El 'fútbol total' de los 'mágicos magiares' asoló Wembley.

El partido quedó 3-6, pero los ingleses no habían tenido suficiente. Pactaron una revancha en primavera, y en Hungría les cayeron otros siete goles.

Aquella selección húngara estaba llamada a hacer historia. Dirigidos por Gusztáv Sebes, aquel equipo se convirtió en un más que digno heredero de 'La Máquina', apelativo que recibió el imparable River Plate de la década de 1940.

Fueron los cimientos del 'fútbol total' de la 'Naranja Mecánica' de Cruyff y compañía. Y todo, por la obsesión táctica de su entrenador.

 

25 de noviembre de 2018

Un Sebes que para preparar el partido contra Inglaterra cuidó hasta el más mínimo detalle, como jugar con el balón con el que se disputaría el encuentro, algo que a nadie se le había ocurrido antes que pudiera afectar.

También entrenó jugando hasta tres partidos a la semana contra rivales con un físico similar al inglés. Hasta mandó cortar el césped a la altura del de Wembley.

Dio sus frutos, y aquella Hungría humilló a Inglaterra en el templo del fútbol por antonomasia. El 'Equipo de Oro' de Puskas, Czibor o Kocsis se convirtió en el primer rival no británico que ganó en Wembley.

Aquel equipo fue campeón olímpico en Helsinki 1952 y finalista del Mundial de Suiza 1954, derrotados por Alemania en el denominado 'Milagro de Berna' ('die Mannschaft' ganó contra todo pronóstico, pues venía de perder 8-3 en la fase de grupos contra los magiares).

Hungría no volvería a la primera página del panorama futbolístico nunca más. El 'Equipo de Oro' fue el culmen de una irrepetible generación de futbolistas. Aquel combinado, cimentado sobre el imparable Budapest Honvéd, desapareció tras la revolución de 1956, con la invasión soviética de Hungría.