El mismo día en el que el Real Madrid de Zinedine Zidane puso rumbo a Montreal para cumplimentar la primera pase de su pretemporada, el técnico francés echó la vista atrás para recordar dos hechos históricos en su carrera que cumplen años este 9 de julio: su presentación como jugador del Madrid y su cabezazo a Materazzi.
Ha llovido mucho desde entonces, sobre todo desde que el francés se vistió de blanco por primera vez, allá por 2001. Fue el segundo gran fichaje del recién estrenado Florentino, que reunió a Zidane junto a Figo. 72 millones de euros pagó por un jugador que aterrizó con 29 años y después de varios años a gran nivel en la Juventus.
Zidane cayó de pie, enamoró al Santiago Bernabéu y tocó el cielo esa misma temporada con su icónica volea en Glasgow. En su primer año, una vez le tomó al pulso a su nuevo equipo, Zidane se fue hasta los 12 goles, su mejor marca como profesional. Después llegaron otras cuatro campañas como jugador del Madrid.
Una relación que acabó en 2006, con Zidane perdonando el contrato que le restaba y con el Mundial como su última gran cita. Se salió, fue el líder de una Selección Francesa que alcanzó la final por méritos propios. Dejó en el camino, por ejemplo, a España, y apartó del camino a Brasil con una actuación excelsa del propio Zidane.
Así hasta llegar a la final, donde esperaba la siempre rocosa Italia un 9 de julio de 2006. Tras un partido jugado a cara de perro, a Zidane se le cruzó el cable y cabeceó el pecho de Materazzi, que le había faltado al respeto. Fue la última imagen como futbolista de Zidane, que años más tarde aún le costaba ver aquella desagradable acción.