Falló en el gol azulón. Su ex compañero Jaime Mata le ganó claramente la partida en el 0-1, a los tres minutos de partido. Entró frío al campo, y dejó helada a la grada.
A partir de ahí, un murmullo empezó a sonar en el RCDE Stadium cada vez que Calero tocaba el balón. Había vuelto a jugar un partido de Liga por primera vez en un mes, y volvió a quedar señalado.
No jugaba en Liga desde que fuera expulsado ante su ex equipo, por lo que puede decirse que sus dos últimas apariciones, con la excepción entre ambas de la paliza al Ludogorets en la Europa League, han sido para olvidar.
Le parece estar superando la presión, y eso está afectando a su rendimiento. Pese a todo, parece que aún goza de la confianza de Machín.