Al Barcelona, que parecía que por fin carburaba y encontraba un patrón de juego, se le podrían escapar todos los objetivos de la presente temporada en cosa de un mes. Un tropiezo ante el PSG entraba dentro de las posibilidades, aunque no de la manera en que se produjo, pero el empate ante el Cádiz pilló fuera de juego a todo el mundo.
El conjunto azulgrana estaba avisado después de lo que le sucedió en el Carranza y, aun así, tropezó dos veces con la misma piedra. Cierto es que los futbolistas tuvieron gran parte de culpa por su indolencia y su falta de contundencia en el remate, pero también que desde el banquillo no se aportaron soluciones.
Una vez más, Ronald Koeman tardó un mundo en hacer cambios para variar la mentalidad de un equipo aletargado y que todavía tenía en piernas y cabeza el descalabro ante el equipo parisino. El técnico pretendió dar confianza a los once que no pudieron hacer frente a los de Pochettino, pero la apuesta no funcionó. Tardó en rectificarla, el Barça se complicó y, cuando se quiso dar cuenta, los puntos volvieron a volar del Camp Nou.
Al entrenador del Barcelona se le comienza a achacar su falta de cintura desde el banquillo. Los cambios del partido ante el Cádiz parecían planificados de antemano. Hombre por hombre, como viene ocurriendo en las últimas semanas. Y cuando no, a Koeman no le ha temblado el pulso a la hora de meter un defensa por un delantero, todo un sacrilegio para la hinchada 'culé'.
Pero no son las sustituciones sus únicas decisiones controvertidas. Contra el PSG, el Barcelona estuvo demasiado a merced del rival. Apostó por el contragolpe y dejó llevar la iniciativa a los franceses, que, como se vio ante el Mónaco, no son tan fieros como parecieron en el Camp Nou. Da la sensación de que el Barça pudo hacer mucho más aquella noche ante los chicos de Mbappé. Lo mismo que contra los de Álvaro Cervera este domingo.
Las elecciones a la presidencia del club, que están a la vuelta de la esquina, pueden ser otro punto importante en la carrera 'culé' de Koeman. A priori, todos cuentan con él, pero Laporta, el favorito, ya dejó claro que su continuidad estaba atada a los buenos resultados. Las cosas iban bien, pero el Barcelona se ha complicado la vida demasiado en las últimas semanas y todo puede pasar. Hasta que Koeman acabe la temporada decorosamente y tome la puerta de salida en verano.