El 'Rey de Copas' ya espera rival para la final del torneo del 'k.o.' después de levantarle al Sevilla las semifinales de Copa del Rey cuando los hispalenses ya se veían en La Cartuja. Los azulgranas repitieron la reacción agónica de Granada para clasificarse tras el 2-0 de la ida ante un equipo que pecó de defensivo. El gol de Piqué en el minuto 93' hizo justicia para un Barça que terminó de sellar el pase en el tiempo extra con la diana de Braithwaite.
Repitió de salida Koeman el 3-5-2 tan poco ortodoxo en 'can Barça' y que tan buen resultado le dio hace unos días en el Sánchez-Pizjuán. No suele ser bueno tener dos partidos tan seguidos cuando tienes que remontar un 2-0, pero esta vez le salió bien. El Barcelona controló en el primer tiempo ante un Sevilla demasiado a la expectativa y en el que no funcionó el 4-4-2 planteado por Lopetegui, con De Jong y En-Nesyri inéditos.
El Barça mandó de salida, aunque no con la exuberancia de otras remontadas. El 3-5-2 da más control, pero el físico no es el que fue y tampoco Messi estuvo a la altura de las grandes noches. Sí, volvió a estar en todas las jugadas de ataque, pero, como ya viene sucediendo desde hace unos cuantos partidos, los focos fueron para Dembélé. Un derechazo del galo que se coló por la escuadra le puso picante a la eliminatoria desde muy pronto.
El 1-0 invitó al Sevilla a salir de la cueva, pero sus apariciones por el área de Ter Stegen fueron escasas. Un balón que no pudo controlar Luuk de Jong y que le hubiera dejado solo ante Ter Stegen fue el acercamiento más importante, mientras el Barça respondía enseguida con dos acciones que estuvieron a punto de levantar la eliminatoria. Pedri, de nuevo superlativo, chutó directamente fuera, y Acuña le sacó a Messi el 2-0 en la misma línea.
El Sevilla se echa atrás y lo paga
Las carreras de Aleix Vidal, muy activo en ataque y defensa, espabilaron al Sevilla tras el descanso, en tanto que el Barça parecía tomar aire para terminar de dar la vuelta a la eliminatoria. La lesión del lateral sevillista transformó el doble cambio de Lopetegui en triple y este terminó por ser bastante defensivo. Ganó un hombre en el centro del campo -Rakitic- a costa de perder al inoperante Luuk de Jong y reaccionó Koeman con un cambio subóptimo que igualó las fuerzas: la entrada de Griezmann por Dest devolvió el 4-3-3 y el Barça dejó de carburar.
Con todo, el Sevilla parecía cada vez con menos interés en atacar. Pasaban los minutos y el pase a la final estaba cada vez más en su mano, a pesar de que Jordi Alba envió una volea muy plástica al larguero que le pudo evitar los agobios al final al Barça.
En una contra, las cosas pudieron cambiar para los de Lopetequi, pues los huecos en un Barça volcado eran cada vez más evidentes. Ocampos encontró espacio a la espalda de Mingueza y el canterano le trabó de forma tan evidente como inocente. Ter Stegen quería su cuota de protagonismo en la historia y salvó el penalti del argentino.
El Barça pasó de la autocomplacencia a la euforia y volvió a ocurrir lo de Los Cármenes. A los azulgranas les cambió la suerte de golpe. Falta y segunda amarilla a Fernando y, en la última acción del choque, centro de Griezmann que cabeceó a al red Piqué. Otra vez como en Granada, con idéntico asistente y cabezazo y distinto protagonista.
Al Sevilla se le vino el mundo encima. De tener el pase a verse obligado a aguantar 30 minutos en el Camp Nou contra uno más. Así que Braithwaite no tardó en hacer el 3-0 que ponía en La Cartuja al Barça en un centro desde la derecha de Jordi Alba.
No pasó mucho más en la prórroga, aunque el conjunto de Koeman acabó con el miedo en el cuerpo por una posible recaída de un Piqué que no dejó con diez al equipo y acabó como pudo. Y por una mano de Lenglet en el área que los visitantes reclamaron con vehemencia y que ni Sánchez Martínez ni el VAR consideraron punible.
El Sevilla, sin fuerzas pero a un gol, trató de morir matando, pero no pudo poner en aprietos a un Barça que mereció el pase tanto por lo hecho en el Camp Nou como por la ida, en la que un gran Bono ya había evitado un resultado mejor. En plena reconstrucción, Koeman aún podrá cerrar su primera campaña en el club con un título.