13 temporadas -14 con la actual- después, Sergio Ramos continúa evolucionando vestido con la camiseta del Real Madrid. El capitán mantiene el mismo corazón que siempre le caracterizó, a lo que ha ido sumando a lo largo de los años una serie de registros que le convierten en un defensor que marca diferencias.
Y lo hace en la retaguardia y en ataque, porque no todos los centrales pueden presumir de aunar casi 100 goles en una carrera plagada de éxitos. No se entiende un Madrid sin Ramos, ya sea por lo que se ve en el campo o fuera de él. Este curso, además, Lopetegui ha estrujado sus virtudes para 'parir' un Ramos 2.0.
El '4' sigue siendo el primero en la salida del balón, aunque a su gran precisión en el pase en corto ha sumado una pasmosa facilidad para poner la pelota al pie a 40 o 50 metros de distancia. Lo que antes hacía Xabi Alonso o sigue realizando Kroos, ahora también es propiedad de Sergio Ramos.
En esa nueva faceta ha comenzado a encontrar beneficios el Madrid, que ya ha visto como su conexión directa con Carvajal o Asensio ha dinamitado en varias ocasiones el ataque, ayudando a goles como el que consiguió Bale ante el Leganés. En San Mamés, en la última cita del Madrid, Ramos dejó a Asensio mano a mano con Unai con una asistencia sencillamente magnífica.
Estas virtudes que disfruta el Madrid también lo aplauden en la Selección Española. Ante Inglaterra o Croacia, el capitán de 'la Roja' dio un recital de juego en largo y en corto, apoyando además con un tanto la tremenda goleada sobre los croatas. Por si le faltara algo a Ramos, ahora además es un fijo en el balón parado.
Por encima de Bale, Benzema, Isco o cualquier jugador de ataque; la primera opción para los penaltis esta temporada es Ramos. Los galones siempre tiran, claro, aunque el toque de balón del madridista está fuera de toda duda. También se ha dejado ver en las faltas directas, aunque de momento con escasa fortuna. Es el nuevo Ramos, capitán y también faro.