Durante su paréntesis de la Selección Iraní con 23 años, el futbolista del Rubin Kazan se hizo mundialmente famoso gracias al gran gol que conseguió anotar en Champions League ante el Bayern de Múnich.
En ese momento, Sardar Azmoun jugaba en el FC Rostov, lo que no le impidió agarrar la pelota en la frontal del área, driblar a Boateng hasta dejarlo sentado y batir a Neuer para empatar el partido.
De esta forma se ganó el mote del 'Messi iraní' en un país en el que, a pesar de no contar con una Liga de primer nivel, saben reconocer el buen juego de pies. No obstante, después del Mundial 2018 de Rusia y tras caer eliminados en primera ronda, algo sucedió que le obligó a dejar de lado a la selección persa.
"Mi madre ha superado una seria enfermedad y estaba feliz, pero, debido a falta de amabilidad de algunas personas y por los insultos que yo y mi equipo hemos recibido, de ninguna manera merecidos, su enfermedad ha empeorado. Esto me ha puesto en una posición difícil en la cual tengo que elegir entre una cosa y la otra, y elijo a mi madre", explicó.
Pasados los meses, el '20' de Carlos Queiroz recapacitó y recuperó su rol de mejor jugador en un combinado nacional que está cerca de disputar las semifinales de la Copa de Asia ante Japón.
Con cuatro goles -segundo máximo goleador del torneo- y pieza angular del fútbol de su equipo, Azmoun es la gran esperanza de un país que hace ya un tiempo decidió colocarse a los pies del 'Messi iraní'.