El jugador del conjunto 'viola' echó la vista atrás y recordó sus inicios. "A los 16 años, fui en coche con un amigo que tenía el permiso para ir a Arles, en la Tercera División. Viajamos más de 1.000 kilómetros por la noche. La prueba fue a las 15 horas, llegamos media hora antes y jugué sin comer. Sacrificios, pasión, dificultades, hambre...", rememoró.
De eso han pasado ya 20 años, pero su espíritu es el mismo que el de aquel adolescente. "A los 36 años, todavía tengo el mismo hambre que tenía entonces. Actualmente los jóvenes lo quieren todo de inmediato, espero ayudarles con mi experiencia", dijo.
Ribéry cree que no sería el mismo sin el deporte rey: "No puedo vivir sin la presión y la tensión de la noche anterior, sin el viaje en autobús al estadio, el vestuario antes de un partido importante... El fútbol de verdad".
Por último, habló sobre el VAR y admitió que no le termina de gustar, pero es cuestión de adaptarse. "Estoy dividido... no me gusta, pero me adapto. Me cuesta con las interrupciones de uno, dos o tres minutos para revisar una acción. Me gustaba más el fútbol sin VAR, pero si es la regla... la respeto", concluyó.