Sin Luis Suárez Uruguay es menos Uruguay, y eso que Tabárez cuenta con Christian Stuani, actual 'Pichichi' de Primera División como sustituto de garantías del azulgrana. Sin embargo, ante Japón, apostó en punta por aislar a Edinson Cavani, pero no fue suficiente.
El último antecedente entre ambos equipos fue en 2014, con victoria de la Selección Uruguaya por 2-0, pero la historia no iba a volver a repetirse. Venían ambos países de caminos opuestos; Japón, crecida tras golear 3-0 a Panamá, mientras que los charrúas cayeron en Seúl ante sus vecinos asiáticos. Era la oportunidad de redimirse.
Encendía sus focos el Saitama 2002 y saltaban ambos equipos al césped. Uruguay, muy alentada desde la grada en un ejemplo más de la pasión que levanta este país cuando empieza a rodar la pelota.
Sin embargo, la expectación se tiñó pronto de gris. En el 10' marcaba Japón el primero, en un partido que iba a convertirse en un auténtico 'carrusel' de goles. Muslera rozó el balón con la mano, pero Minamino definió bien y la grada japonesa enloquecía.
Uruguay se lanzó arriba y dejó metros a la espalda que Japón estuvo encantada de correr. Sin embargo, en un intercambio constante de golpes, empató primero Gastón Pereiro en el 28', para luego Japón certificar su ventaja antes del descanso. De nuevo Muslera estuvo a punto de atajar, pero el rechace a un golpeo de media distancia de Nakashima le cayó a Osako, que hizo el segundo. 2-1 y así se marchó el partido al descanso.
Lluvia de goles
Salió Uruguay más concentrada en la segunda mitad y hasta en tres ocasiones estuvo a punto de marcar en los primeros diez minutos. Premio agridulce para Cavani en el 57', que empataba a dos en el luminoso pero por poco tiempo.
En la jugada siguiente, Doan aprovechaba una desconcentración 'celeste' en defensa y ponía tierra de por medio en el marcador. Recompensa que sería doble, como el doblete de Minamino. Minuto 66 y, de nuevo en un mal despeje de Fernando Muslera, la Selección Japonesa hacia puré la desconcentración charrúa en defensa. Era el 4-2.
Para los 25 minutos que le restaban al partido, Tábarez apostó arriba por Maxi Gómez y Stuani. Insistencia atacante del equipo visitante, pero muy desordenada y sin ideas. Acortó Jonathan Rodríguez en el 76' pero no dio tiempo para más.
Uruguay sucumbió ante el poderío nipón, que armó un partido reivindicando un estilo de fútbol rápido, técnico y de presión asfixiante. Los charrúas se van de Asia sin conocer la victoria.