Los aficionados del Celtic todavía tienen el susto en el cuerpo. Y los del Aberdeen, el enfado y la miel en los labios. Los de Glasgow lograron el pase a la final de la Scottish Cup con una mayúscula ración de emoción extrema tras haberse visto, antes del final, con el pase en la mano hasta tres veces.
La primera vez fue durante los 90 minutos. Miovski, el goleador de los 'dons', abrió el marcador en el 2', pero Kühn, en el 21', y Forrest, pasada la hora de juego, le dieron la vuelta. Cuando ya se veían los 'católicos' con la clasificación en la mano, Sokler mandó el partido a la prórroga en el último minuto.
En el tiempo extra, Matt O'riley, justo antes del descanso, anotó un 2-3 que, de nuevo, hizo pensar al Celtic que el trabajo estaba hecho. Pero Macdonald, en el 119', puso la segunda dosis de emoción con un cabezazo en el segundo palo en una eliminatoria que tuvo que decidirse en los penaltis.
Pero antes de la tanda y del empate, la polémica apareció para desesperación del Aberdeen. En el 115', Carter-Vickers le propinó una durísima patada a Hoilett al intentar despejar un balón en el área. Las imágenes hablan por sí solas, pero, desde el VAR, se decidió que lo sancionable era lo contrario: tiro libre para el Celtic.
April 20, 2024
La definición se fue a los once metros, donde, cómo no, también apareció la emoción. Joe Hart asumió la responsabilidad de lanzar el 5º lanzamiento de su equipo tras el error rival por parte de Duncan. Sin embargo, el ex del City estrelló su lanzamiento en el palo, aunque cambió la etiqueta de villano por la de héroe al detenerle el 7º penalti al Aberdeen. El fallo de Killian Phillips acabó con la agonía y le dio el pase a los 'católicos' a la final, donde se encontrarán con el ganador del Rangers-Hearts.
April 20, 2024
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