La igualdad marcó claramente los primeros compases del duelo. Con un cuadro local incluso algo superior por la casta que estaba derrochando, ninguno de los dos se acercaba lo suficiente a los dominios del guardameta rival. La calidad individual visitante hacía que sus intentonas fueran más incisivas.
Los disparos del Cagliari no llegaban a hacerle cosquillas a Donnarumma, que resolvió sin demasiados problemas unos cuantos disparos poco colocados y algún que otro centro a la olla. Ibrahimovic fue el que más se acercó al gol con un testarazo al segundo palo que desvió con los dedos Olsen.
Conforme se acercaba el descanso, los 'rossoblu' pillaban más desprevenidos a sus contrincantes y pudieron adelantarse. La mejor la tuvo Nandez con un tiro desde su casa con el que trató de sorprender a Donnarumma. Este tuvo tiempo de regresar a su meta -estaba fuera de ella-, darse la vuelta y poner la mano.
La charla de Stefano Pioli surtió efecto, pues sus pupilos se echaron al ataque nada más empezar el segundo acto. El encargado de marcar fue Leao, que 'pinchó' un pase al área aéreo de Castillejo y chutó con potencia. Tuvo algo de fortuna, pues rebotó en un rival, pero entró.
Y, claro, como no podía ser de otra manera, a Zlatan le entró envidia y él también quería su golito. Lo consiguió con un zapatazo de primeras con la izquierda a un pase raso lateral hacia dentro del área. La pelota entró rápidamente por el palo largo de Olsen, que no se esperaba tanta potencia y precisión.
Los locales no pudieron reaccionar en el tramo final y la ansiedad se apoderó de ellos ante una zaga 'rossonera' que estaba dando un gran nivel. En este contexto, a punto estuvo Zlatan de firmar el 0-3 con un testarazo, pero le anularon el gol por estar en fuera de juego. Todo quedó en 0-2.