Ernesto Valverde terminó saliendo por la puerta de atrás del Fútbol Club Barcelona. Un cargo al que llegó sin despertar demasiada ilusión en la hinchada del club, que le terminó aceptando por ser el mejor de lo que había disponible en aquel momento.
Sus comienzos fueron complicados y el Barcelona perdió de manera estrepitosa una Supercopa de España ante el Real Madrid. Dos años y medio después, de nuevo una Supercopa significa su final en 'can Barça'. Una especie de justicia poética que tanto el club como él mismo podrían haber evitado.
Las dudas iniciales del Barça de Valverde fueron dando paso a un equipo intratable en España y seguro de sí mismo en Europa. Mientras en la Liga el Barcelona estuvo a punto de alcanzar la perfección -solo perdió un partido al final ante el Levante-, en Europa fue claramente de más a menos.
Empezó goleando a la Juventus, que llegaba al Camp Nou como finalista de Champions y con el aval de la humillación de los cuartos de final de la competición en la temporada 2016-17. Al equipo ya le empezó a costar cada vez más en Europa fuera de casa, pero, con todo, pasó la eliminatoria ante el Chelsea (1-1 y 3-0) a pesar de sufrir de lo lindo en Londres.
Esperaba en cuartos la Roma y fue entonces cuando se produjo la primera debacle de Valverde. La primera grieta por la que comenzó a debilitarse su proyecto. Tras un en teoría inofensivo 4-1 en casa ante la Roma, los italianos levantaron el partido en el Olímpico y condenaron a un Barcelona ultradefensivo (3-0) en la vuelta.
La incapacidad del técnico a la hora de reaccionar en el banquillo pareció condenarle entonces. Pero una máxima ha marcado la carrera de Valverde como técnico del Barcelona. La facilidad para borrar las dudas europeas con una actuación consistente en España. Llegó la final de Copa del Rey y el 0-5 al Sevilla aseguró un doblete con el que se dio por buena la temporada.
Segundo año en claro retroceso
Las cosas comenzaron algo peor en la segunda campaña del técnico en el Camp Nou. Con todo, el 5-1 al Real Madrid en el 'Clásico' y las dudas blancas en el inicio de campaña, con doble cambio de técnico, permitieron otro título fácil para el Barcelona, que ya había ganado la Supercopa en verano, en la Liga.
Pero claro, ya no era suficiente para un técnico que fue incapaz de evitar que se repitiera en Anfield la catástrofe de Roma, con el agravante de que se trataba de una semifinal y el Barça encajó un tanto más. El esperpento concluyó con una final de Copa en la que el equipo azulgrana solo compareció en la segunda parte.
January 14, 2020
La controvertida decisión de mantenerle se ha probado errónea desde ese mismo momento. Si bien en Europa el Barça no ha pasado por apuros para colarse en los octavos de final, en Liga las dudas se han acrecentado. Lo cierto es que Valverde podría ser destituido con la clasificación en Champions asegurada y el liderato compartido con el Real Madrid, pero las sensaciones no han sido buenas.
El Barça ha emitido las mismas señales de Roma y Liverpool con cada vez mayor frecuencia, esta vez ante rivales a los que antes despachaba con suficiencia. Ni siquiera contar con el mejor Messi le ha servido al 'Txingurri' para consolidar una distancia sobre el Real Madrid que hubiera sido factible, pues los blancos se han dejado igualmente bastantes puntos en el camino.
La derrota en la semifinal de la Supercopa acercó el fin de los días de Valverde como técnico del Barça, aunque, paradójicamente, se produjo en uno de los mejores partidos del conjunto azulgrana en la presente temporada. El técnico se marcha con dos Ligas, una Copa y una Supercopa en el zurrón. Unos números que el Barcelona hubiera firmado a ciegas en los años 80, pero claro, este es otro Barça. También en las formas de decir adiós.