España no pudo marcar en su amistoso ante Portugal. Un 0-0 en el que se sucedieron las ocasiones. En la segunda parte, buena parte de ellas llegaron a través de las botas de Adama Traoré, que debutó al fin con 'la Roja'.
Dejó dos acciones más que significativas que ejemplifican cuál es su estilo. Encaró a Nélson Semedo, dejó atrás al lateral y puso un centro atrás que no pudo resolver Dani Olmo por una gran parada de Rui Patricio.
Esa velocidad la demostró minutos después, esta vez en una acción defensiva, en un contragolpe que inició Trincao. El atacante luso, que llevaba la pelota, vio cómo un avión, Adama, le recortó metros en solo unos segundos y acabó derribándole.
Una alternativa que agradece Luis Enrique para tener un jugador vertical al juego horizontal que años atrás ha copado los partidos de la Selección Española.