En un momento de falta de concentración, Unai Núñez, que pensaba que el juego estaba parado, cogió el balón con la mano. El colegiado decretó falta y, desde la banda, Diego Simeone animó a sus jugadores a tirar rápido a portería.
Mientras, en el banquillo rival, Aduriz y De Marcos increparon al técnico argentino por dar la orden, cuando ellos consideraban que se trataba de un acto involuntario.
Así se lo intentó explicar el delantero guipuzcoano, dando a entender que el hecho de sacar la falta escondía un acto antideportivo. "Eh, devuélvela. Ha sido sin querer... ¡Qué vergüenza!", estalló.