Aduriz, otra vez Aduriz. El Athletic sigue sobreviviendo gracias a los goles de un delantero sin recambio en el mercado. Mientras tanto, el '20' se encargó de decidir un derbi vasco jugado a medio gas, en el que al Eibar le faltó la mordiente que sí tuvo en La Rosaleda.
La primera parte tuvo poca chicha. El Eibar salió con vigor, fuerte atrás y con ritmo en ataque. Eso sí, las ocasiones no llegaron, tampoco en el bando rival... pero Ziganda tenía el factor Aduriz.
El delantero se llevó el honor que quizá mereció Williams. El extremo peleó un balón perdido, al que nadie acudió. Por ello tuvo tiempo de sobra para acomodarse, levantar la cabeza y buscar la cabeza de Aduriz. El '20' entró como un cohete y puso el 0-1.
Ocasiones en ambos bandos en el tramo final
Mendilibar movió el árbol y se encontró con Bebé y Enrich, que dieron otro aire a los locales. El Eibar se la jugó a un ida y vuelta al que se apuntó el Athletic, consciente de que tenía un filón con las carreras de Williams.
De hecho, el veloz futbolista del Athletic pudo sentenciar el encuentro a la contra. Pero, como casi siempre, le faltó sapiencia y paciencia a la hora de definir. El recorte, excelso. El remate, a las nubes.
Se creció el Eibar y Kike García, en dos ocasiones, probó a un Kepa más seguro que en el debut ante el Getafe. Dos paradas importantes no por las estiradas, sino por no dejar el rechace a los pies de un rival.
Entre centro y centro se le escaparon los minutos a un Eibar que quizá mereció algo más, pero que se quedó esperando a su Aduriz particular. El del Athletic, en esta ocasión, regaló tres puntos a su equipo.