Se cumplió el sueño. El Granada, previo sufrimiento, estará en la fase de grupos de la Europa League tras batir por 1-3 al Malmö. Los suecos eran el último escollo de una previa que se hacía eterna, pero el corazón de Diego Martínez y sus pupilos se impuso para que nadie despertara a un conjunto nazarí que viajará y competirá por todo el continente.
Teuta Dürres, Locomotive Tbilisi y por último Malmö. Son los tres rivales que quedarán desde ya en la historia de este Granada grandioso, honorable y que nunca dará nada por perdido. Ni que le rompieran el dominio con un empate antes del descanso perturbó al conjunto nazarí, que este viernes estará en el bombo del sorteo (13:00) en Nyon.
Como sucedió en las dos previas anteriores, el Granada quiso ir a dominar. Lo permitió el Malmö, al que le entraba en sus planes. De hecho, los suecos incomodaron en los primeros compases con un bloque compacto y la presión alta de sus dos delanteros sobre Germán y Domingos Duarte.
Aun así, esa posesión del equipo de Diego Martínez se fue haciendo más fluida con el paso de los minutos, pero el Malmö se parapetaba bien en su área. Así fue hasta que Antonio Puertas, el mejor del Granada, apareció para revolucionar y a la vez parar el tiempo en el área sueca.
El extremo benaducense avanzó metros por el carril derecho y la zaga le permitió ganar la línea de fondo, donde tuvo la paciencia infinita para recortar, mirar y esperar a la llegada de Darwin Machís. El delantero, que se había resbalado antes, tuvo el tiempo de levantarse y rematar un pase raso que era un caramelo.
Se ponía así por delante el Granada, que había tenido una infinidad de saques de esquina y olió el gol durante 40 minutos. Pero se cayó en los últimos cinco: el Malmö se recuperó, achuchó y demostró que no ha llegado hasta aquí por azar. El incombustible Ola Toivonen (ex PSV, Rennes, Sunderland...) se topó con un paradón de Rui Silva y al borde del descanso llegó el empate.
Fue en un saque de banda que pareció un córner de Knudsen. Prolongó mal de cabeza en el área Gonalons, el balón tocó en el palo y el rechace, tras pasearse sobre la línea, lo acabó empujando a gol Berget. ¿Hubo superioridad del Granada? Sí, pero esos cinco minutos de achuchón condenaron al conjunto nazarí.
Antonio Puertas y el 'talismán Herrera'
No le entraría esa flojera en la segunda mitad, donde el Granada volvió a dominar y acabó sacando de sus casillas a los futbolistas del Malmö. Los de Diego Martínez gestionaron mejor los tiempos, se mostraron más maduros y acabaron matando y rematando para encontrar al fin su hueco en la fase de grupos de la Europa League.
Lo hizo otra vez a lomos de Antonio Puertas, que antes de la hora de partido apareció para marcar. La defensa del equipo de John Dahl Tomasson se comió un balón raso desde la izquierda de Carlos Neva, que le acabó llegando a los pies al asistente del 0-1. Con un buen control, el extremo la tuvo franca para cruzar el balón engañando a Johansson.
Vibró el Granada, que continuó con la actitud correcta y no permitió que el Malmö se enchufara al partido. Y si a eso le sumas que Rui Silva apareció cuando debió hacerlo, te sale una combinación ganadora. Porque el portugués le sacó un remate claro a Ahmedhodzic casi en el área pequeña, en la única oportunidad clara de los suecos en toda la segunda mitad, para hacer el empate.
La sentencia llegaría a falta de cinco minutos para el final, en una acción a balón parado colgada genialmente por Montoro. El envío desde el lateral del centrocampista nazarí encontró a Yangel Herrera, talismán de este Granada, quien embocó delante del portero para levantar a Diego Martínez, a su cuerpo técnico, el banquillo y toda la ciudad de la Alhambra, que ahora sí, por merecimiento, es al fin de Europa League.