"Ahora sí que veo la luz al final del túnel"

El 18 de septiembre de 2018, Juan Hernández pasó por quirófano para solventar la rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco interno de la rodilla izquierda. Una lesión que no terminó de remitir y que le obligó a volver a operarse en verano, después de toda la temporada parado.

El extremo del Celta ha vivido un auténtico calvario, pero está de vuelta. Tras 14 meses de lesión, el futbolista recibió a principios de noviembre el alta médica y ya está dispuesto para jugar. En una entrevista para 'AS', Hernández aseguró que "las sensaciones son bastante buenas" y se mostró al fin "contento".

"Es una gran sensación de alivio después de estar tanto tiempo inactivo. Una vez que volví a entrenar con el equipo ya lo sentí, pero seguía teniendo esa pequeña molestia que me impedía encontrarme bien y ahora sí que veo por fin la luz al final del túnel", espetó el futbolista, que lamentó el momento en que llegó la lesión.

"Venía de hacer un gran año en el filial y estaba en el mejor momento de mi carrera. Llevaba una línea bastante progresiva y ascendente. Salí cedido al Cádiz, llevaba allí un mes y en un entrenamiento un lunes se produjo la lesión. Ese momento fue muy duro porque se me vino todo encima. Afrontaba el año con muchas ganas, mi primer año a nivel profesional y la verdad es que fue bastante duro", señaló.

Los primeros momentos fueron sin duda los peores: "Lo más duro yo creo que fue al principio de la lesión, porque yo llevaba una dinámica bastante positiva, todo lo que me había pasado había sido bueno y cuando te viene una cosa así de negativa es difícil de afrontar. Lo único que hice desde entonces fue trabajar para llegar a este momento".

"Al principio claro que lloré. Tú puedes ver a algún compañero que se lesiona, pero hasta que no te pasa a ti realmente no sabes cómo es. Una vez lo vives en tu piel es cuando te das cuenta de lo que se pasa, todo lo que se sufre y lo que hay que trabajar para poder ponerte bien", continuó.

Ahora, Juan Hernández dice no ponerse metas. Lo que tenga que venir, vendrá: "Trabajo día a día para ponerme mejor físicamente y no me planteo ningún objetivo, cuando el míster lo decida oportuno ahí estaré. Creo que no me queda mucho para volver, estamos dando los pasos adecuados y cada vez estoy más preparado".