La pasada temporada fue de reconstrucción, y esta será de adaptación a la crisis. El Atlético de Madrid está experimentando una increíble inmovilidad en materia de fichajes. Solo salen canteranos, no los descartes, y para colmo no llegan fichajes.
El aficionado 'colchonero' está perplejo, y con razón. Ya estaba advertido de que se avecinaba un verano de austeridad, pero nadie esperaba que fuera hasta este punto.
Por ahora solo se han hecho un par de ventas y una compra. Han salido Adán, por fin de contrato, y Caio, un mediocentro reconvertido a lateral zurdo que no contaba para el primer equipo. Y solo se ha fichado a un portero suplente, Ivo Grbic.
Lo más chocante de todo es que mientras se marcha Caio por ocho millones, se rumorea que podría llegar Mathias Olivera a cubrir precisamente esa posición, a cambio de 20 'kilos' y un canterano a préstamo. Cosas que solo parecen tener sentido en la planta noble del Wanda.
Los que tienen que salir del club, los descartes, siguen ahí, enraizados, inmóviles. Kalinic, quien debería haber sido vendido hacía días al Besiktas, sigue en el club rojiblanco. Exige a su homólogo turco, según 'AS', cuatro millones de euros, una cantidad que los albinegros no están ni de cerca dispuestos a pagar.
Quiere el Bestiktas atarle antes de que comience la Liga Turca, el próximo 11 de septiembre, y parece que va camino de lograrlo, porque el Atleti le ha cedido a Montero (otro canterano más que se marcha, aunque sea por un año).
Puede sonar extraño, pero que el equipo que quiere vender meta jugadores en el trato para quitarse de encima a un descarte no es tan descabellado en este club.
Las otras salidas, como explica el citado medio, las de los que no son descartes pero que vendría bien que se fueran para hacer caja y liberar masa salarial, están enquistadas.
Thomas Lemar, aunque en las últimas horas se le ha vinculado a los Wolves, va a ser complicado que se marche. Su ficha, un impedimento.
Lo mismo ocurre con Mario Hermoso, un jugador que llegó el pasado curso y sobre el que hay no pocas esperanzas depositadas, pero que se ha topado con tres centrales con mucha más categoría que él por delante, además de Nehuén. La última, su venta a la Real como compensación por lo que el Atleti aún le debe de la venta de Griezmann al Barcelona.
También se le busca salida a uno de los tres laterales diestros que tiene en nómia el Atleti. Trippier es el que mejor cartel tiene, pero es al que Simeone tiene vetada su marcha. Arias es extracomunitario y Vrsaljko ha jugado 20 partidos en dos años a causa de las lesiones (lleva ocho en las rodillas, por las que ha estado casi 700 días de baja).
Y por ficha también es complicado encontrar equipo a Vitolo, Costa o Herrera, tres jugadores por los que el Atleti podría sacar un buen dinero, pero que al tener contrato en vigor serán difíciles de colocar.
Con ese panorama tan desolador, es difícil fichar. Este año más que nunca el Atleti tiene que vender para fichar. Y solo invertirá el 25% de lo recaudado, como advirtió Gil Marín semanas atrás.
De ese modo es muy complicado convencer al Arsenal para fichar a Alexandre Lacazette, el gran objetivo del club rojiblanco para este verano. Para colmo, Nigel Winterburn, leyenda del club, desconseja a los 'gunners' desprenderse del francés.
Pero en su columna en el 'Daily Star', el ex futbolista inglés dejó una puerta abierta a la salida de Lacazette, que se blinde a Aubameyang para tener garantizado un delantero centro de referencia. Y solo así él dejaría marchar, no sin pesar (y por una buena cantidad de dinero) a Lacazette.
Efectivamente, los peores pronósticos se están cumpliendo. Al Atleti le cuesta vender, porque el mercado sabe que está necesitado de efectivo, y le están apretando por ahí.
Y el mercado también sabe que cuando acuda en busca de fichajes, lo hará con un presupuesto muy limitado. El cóctel perfecto para firmar una ventana de traspasos para olvidar.