El Albacete pasó de unos primeros compases de imprecisión, sobre todo por sus aperturas a las bandas, a ser el conjunto más peligroso sobre el terreno de juego. A partir de un 'pase de la muerte' que cortó Calero, llegó el aluvión de disparos por parte del 'queso mecánico'.
Un Dani Barrio soberbio ante unas ocasiones que eran constantes, pero no del todo claras, fue uno de los motivos por los que el cuadro soriano se mantuvo sin encajar dianas. Maduraron el partido los de Luis Carrión y fueron llegando poco a poco al área rival.
Pero sus internadas no eran de tanto riesgo como las de sus rivales. Eso sí, fue clave ir ganando terreno de cara al descanso, pues los minutos finales del primer acto contemplaron a un plantel manchego algo más ansioso por no poder finalizar sus jugadas.
Al poco después de comenzar el segundo acto, quedó claro que el Numancia había metido una marcha más. Su factoría ofensiva estaba siendo más elaborativa que en los 45 minutos inaugurales y los de Ramis se vieron obligados a dar un paso atrás.
El cansancio fue haciendo mella en ambas filas y las ocasiones fueron desapareciendo del terreno de juego. Ello dio lugar a un enfrentamiento menos entretenido en el que, aunque había combinaciones arriba, faltaba ese último pase que creara un tiro clave.
En el tramo final, eran los numantinos los protagonistas, y claro, tanto va el cántaro a la fuente que al final... Escassi aprovechó un testarazo de Guillermo al palo que luego rebotó en el pecho de Nadal para mandar la pelota a la red y firmar el 1-0 que acabaría siendo definitivo.
Como era de esperar, los visitantes llevaron a cabo un arreón final para tratar de empatar, pero no sirvió de nada ante el buen hacer de la zaga. Un centro lateral de Acuña al larguero fue el momento de mayor peligrosidad. También pudo aumentar su ventaja la escuadra soriana, pero se mantuvo el marcador.