El 1-1 de la ida en Curitiba ya dejó con unos metros de ventaja a River Plate ante Athletico Paranaense de cara a la vuelta en el Libertadores de América, su improvisada sede esta temporada. Un escenario siempre ligado con la Copa Libertadores hizo su guiño especial.
Durante la primera parte se impuso el respeto por parte de ambos conjuntos. El 'Millonario' no quiso arriesgar demasiado y Paranaense no se la jugó a despegarse muy pronto de la eliminatoria. Tampoco encontró ideas. Quedó mermado por las bajas.
Mucho combate en el centro del campo y pocas oportunidades claras de gol. 45 minutos que bien se pudieron haber borrado de la eliminatoria de 180. Pero River dio un paso al frente en el segundo tiempo.
La línea de mediapuntas de River tomó mayor protagonismo y el equipo fue mucho más vertical. Hizo daño a Paranaense con los laterales y, pese a tener ventaja en el global, arriesgó incluso para poder sentenciar. Y el fútbol le premió.
En esos minutos de valentía, una característica que siempre representa a este River de Gallardo, Carrascal encontró a Borré dentro del área y el colombiando fue atropellado cuando se disponía a disparar.
El árbitro ni siquiera tuvo que acudir al VAR para señalar el penalti pese a las protestas de Paranaense. Y De la Cruz fue el encargado de tomar la responsabilidad. Erró en el golpeo, pegó en el palo y el rebote le cayó de nuevo al uruguayo, que no falló en la segunda oportunidad.
A partir de ahí y necesitado de dos tantos para pasar, Paranaense bajó los brazos y River se hizo todavía más dueño del encuentro hasta el pitido final. Triunfo sin sufrir y pase a cuartos de final. Una competición que ya se sabe de memoria Marcelo Gallardo. El conjunto de Núñez estará en cuartos de final de la Copa Libertadores.