Siempre con una sonrisa y amable. Rara es la ocasión en la que a Marc-André ter Stegen se le ha escapado una palabra más alta que otra. Pero todo tiene un límite.
Incluso para el niño bueno del vestuario del Barcelona la situación ya es exagerada. El guardameta se calentó tras el partido en Praga y se dejó ir en los micrófonos de 'Movistar'.
"Me gustaría hablar con los que han estado en el campo. No hemos jugado al nivel que queríamos estar. Es necesario hablar de algunas cosas", espetó con una cara de enfado que pocas veces se le ve.
Tuvo la misma gravedad que el "tenemos que hablar" de una novia antes de decir adiós, con la diferencia de que Ter Stegen seguirá unido al Barcelona salvo hecatombe.
Lo que no consiguió el lío de la titularidad en la Selección Alemana, con las palabras de Neuer y Löw, lo ha logrado el bajo nivel mostrado por el Barça en muchos de los partidos de esta temporada.
En los tres partidos de Champions el equipo ha dejado dudas y en la Liga, pese a ser el líder, la cosa no cambia con resultados como los cosechados ante Osasuna o Granada.
Al fin y al cabo, que el equipo esté mal en defensa le repercute a él y a sus números. Sus paradones volvieron a ser esenciales ante el Slavia, pero un solo hombre no puede cubrir los casi 18 metros cuadrados que ocupa la portería.
De momento, el vestuario tiene una semana y media para arreglar este desaguisado. Desde la portería hasta la delantera, el compromiso de todos y cada uno de los jugadores está sobre el alambre.