El Olympique de Marsella resistió con nueve en Burdeos y venció al Niza entre semana. Cuatro puntos seguidos que parecían sacar del pozo institucional y deportivo en el que parece estar el equipo galo.
Sin embargo, ante el Nantes volvió a vivir la cruda realidad que le ha perseguido este curso. Mandanda se unió a la larga lista de despropósitos con una cantada de risa ante el Nantes.
El 0-0 reinaba en el marcador al inicio de la segunda parte cuando Álvaro Fernández cedió un balón hacia su portero. No fue un envío medido ni mucho menos, pero tampoco parecía tener el peligro que acabó teniendo.
Mandanda fue a despejar con la izquierda y ni siquiera tocó el balón tras un bote que no calculó. Blas, que tuvo fe, presionó esa cesión y acabó empujando la bola a placer para el 1-0 tras el regalo del meta.