El mercado de fichajes no está siendo del todo fácil para el Valencia. La devaluación de Maxi Gómez se convirtió en el principal problema en las oficinas de Mestalla de cara a cerrar su fichaje por el Fenerbahçe.
La amortización del futbolista entró a escena en las negociaciones. Y es que el Valencia fijó un tope en la salida del uruguayo. Al delantero le quedan dos años de contrato con el club y unos 12 millones de euros pendientes.
Por ello, el Valencia deberá contemplar si le renta su traspaso al conjunto turco por una cantidad cercana a los ocho millones de euros más bonus, según informó 'Marca'. Al equipo de la capital del Turia le cuesta tener a Maxi Gómez casi once millones de euros por temporada.
En Mestalla están obligados a vender para sanear las cuentas de la entidad valencianista. No obstante, tendrán que dar el visto bueno a la operación, aún sabiendo que no llegan a cubrir del todo su amortización.