Álex volvió a sacar el arco. Tras una primera mitad que empezó siendo una locura y acabó sin ritmo, el Almería trataba de hacerse con el control de la pelota, pero ahí estaba él. Apareció para culminar una de las clásicas contras relámpago del Cádiz y puso un 2-1 que acabó siendo definitivo. Su flecha, además ensartar el liderato, hirió de gravedad a Guti.
La primera parte del partido fue de más a menos drásticamente. Los compases iniciales fueron de muchos ritmo y llegadas y, aunque eran los locales los que mandaban, los 'indálicos' tiraron de efectividad para marcar nada más llegaron. Fue Martos el que mandó la pelota a la red en el segundo palo tras un mal tiro de Vada que le acabó llegando.
Poco tardaron los de Cervera, que no dejaron de ser superiores en todo este rato, en firmar el empate. Lo hicieron gracias a un centro lateral de Perea que Maras, sin querer, se metió en propia puerta. Desde entonces, las ocasiones se esfumaron y el duelo lo conquistaron las faltas, las interrupciones y las discusiones con el colegiado.
Las dos más importantes fueron por posibles penaltis. El árbitro pitó uno para el Almería por una zancadilla de Cala dentro del área, pero lo abortó. Más tarde, Álex exigió la pena máxima por un agarrón de Costas cerca de la meta de Fernando, pero, fuera o no lo fuera, la jugada nació de un fuera de juego.
El Almería salió en la segunda mitad con una clara diferencia: quería tocar más la pelota y no estar tan condicionado por el rimo que iban imponiendo los amarillos. Parecía funcionar, pero, conforme Salvi entró al campo, trajo todo el peligro que Alejo no pudo llevar en el primer acto y provocó el 2-1.
El que lo firmó fue Álex. Tras un jugadón de su compañero, marcó a la segunda tras su pase lateral al área. Desde entonces, dieron un paso atrás y permitieron que los rojiblancos se desfondaran el ataque. El objetivo, defender la ventaja y que se desfondaran con centrosl aterales que no estaban sirviendo, se cumplió y el resultado se hizo oficial.