En la Premier, el que perdona, lo paga. La clemencia no es una virtud, es un defecto. Recrearse y juguetear con un rival derrotado es siempre un error. Al Liverpool se lo ha recordado por las malas un West Bromwich Albioen con dos caras en Anfield.
La victoria del Liverpool parecía segura al descanso. El WBA parecía que hubiera hecho mejor si no hubiera comparecido al partido. Nulidad completa en ataque, y en defensa, todos atrás, tapando los huecos por acumulación, sin un plan.
Fue un monólogo completo y absoluto del Liverpool. La duda era saber en qué momento marcarían los 'reds'. Y eso fue en el 12'. Matip conectó con Mané, y el senegalés, con un brutal control, se zafó de los dos centrales para, a continuación, rematar a bote pronto y marcar el 1-0.
Fue tentador hablar entonces de que se abría la lata, de que iba a ser una nueva goleada... Y lo parecía. ¡Vaya si lo parecía! El dominio del Liverpool fue total y absoluto.
Pero no le bastó. A pesar del desconcierto defensivo de su rival, no había huecos. Los tres de arriba no volvieron a encontrar la rendija por la que marcar el gol que a buen seguro hubiera sentenciado el duelo.
Y eso fue su perdición. Porque aunque el partido acabase en empate, habiendo dominado el encuentro como lo hizo, para el Liverpool el punto sabe a derrota.
Tras el descanso el WBA de Allardyce fue otro. Salió respondón, más centrado atrás, y más decidido a hacer algo aunque fuera al contragolpe. Y a los 'reds' se les fueron acabando las ideas.
Para colmo, en el 57' se rompió Matip, otro revés para Klopp. Eso sin duda golpeó en lo anímico a los locales, y ni el ser llevados en volandas por su mítico fondo, The Kop (lleno a medio gas por la pandemia), bastó para volver a ver puerta.
Conforme pasaban los minutos se veía como el Liverpool empezaba a descentrarse. Primero fue un mal despeje de Robertson que salió hacia atrás. Después, otro regalo de la zaga 'red'. Y en ese saque de esquina, el gol del empate.
Lo buscó y lo encontró. Jugó su partido Allardyce, y a saber qué hubiera ocurrido si no hubiera tirado a la basura todo el primer tiempo. Con 1-1 en el marcador el Liverpool se volcó al ataque, y el WBA amenazó con matar a la contra.
Pero no llegó ni un gol ni el otro. Murió el Liverpool ahogado en la orilla, y perdió la oportunidad de dar un hachazo a la Premier. Reparto de puntos que mantiene a los 'reds' en primera posición, con 32 puntos y tres de ventaja con respecto al Everton. Y punto que ayuda poco pero sabe a gloria a un WBA que sigue penúltimo, a cinco de la salvación.