Que un humilde equipo situado en la mitad de la tabla cayera en la desconexión tras caer en segunda final de la Copa del Rey disputada en su historia entraba dentro de lo lógico. Pero Osasuna no es un club más. Los pupilos de Jagoba Arrasate han demostrado la exigencia y la ambición de toda la temporada para querer asaltar los puestos europeos.
El Almería, que visitaba El Sadar con la flechita hacia arriba, cayó apeado después ser superado en casi todas las fases del juego. Los de Rubi demostraron su cara impotente y sin recursos. Por ello, cayeron maniatados y con estrépito ante los navarros.
Osasuna no salió a especular
Los primeros compases del duelo se dieron sin oportunidades claras, pero daba la sensación de que el terreno de juego estaba inclinado hacia la portería de Fernando. Un Abde endiablado y un 'juguetón' Aimar Oroz hicieron dominar desde el minuto 1 al cuadro rojillo.
La primera ocasión clara no se produjo hasta el minuto 33. Budimir cazó un balón en el área y puso a prueba al portero rival con un disparo cruzado. Sin embargo, el arquero 'indálico' sacó una pierna salvadora al más puro estilo de fútbol sala. Posteriormente, en el 42', Moncayola probó suerte desde larga distancia, pero su tiro se marchó muy desviado.
Sin mucha más historia, finalizaron los primeros 45 minutos. El dominio osasunista fue total, pero no terminaba de llegar con peligro a la portería contraria. El Almería, por su parte, no conseguía hacer daño y se dedicó a resistir el marcador.
Un vendaval en la segunda parte
La realidad es que surtió efecto durante la primera mitad y un puñados de segundos de la segunda, ya que Budimir, esta vez, iba a salir vencedor del duelo ante Fernando. Pase interior medido de Aimar Oroz entre los centrales del cuadro andaluz y el internacional croata, con mucha clase, definió con el exterior de su bota izquierda para superar al arquero rival.
Tan solo tuvo que esperar seis minutos los de Jagoba Arrasate para encarrilar el duelo. Ez Abde, que como siga a ese nivel no lo dejarán salir de Pamplona, arrancó desde fuera hacia dentro y, tras varios amagues, puso el esférico en la misma escuadra. Como se suele decir, limpió las telarañas de la meta rival.
A partir de ahí, Osasuna se dedicó a dormir el duelo y esperar a un impotente Almería. La más clara para los 'indálicos' fueron fue de Luis Suárez en el 74' tras realizar una gran maniobara dentro del área, pero se topó con Aitor Fernández. Aún así, los navarros pudieron sentenciar minutos antes con un disparo al palo de Aimar Oroz en un lanzamiento de falta desde la frontal.
El que sí iba a poner el tanto que cerraba el partido fue Moi Gómez. El '22' de los locales recibió un nuevo esférico desde la frontal, levantó la cabeza y puso otra asistencia mágica para que el ex del Villarreal pusiera el definitivo 3-0.
Los últimos minutos se desarrollaron con un acercamiento más de los rojillos que pudieron engordar aún más su ventaja sobre los almerienses. Sin embargo, el último tanto iba a ser de los 'indálicos'. Lázaro, que entró en la segunda mitad, hizo un señor gol tras batir a Aitor Fernández con un potente disparo desde la frontal.
En definitiva, los de Arrasate lograron una victoria incontestable para situarse a un punto de Conference League (a la espera de lo que haga el Athletic) y a dos de Europa League (Betis) para seguir soñando pese a despertar recientemente en la Copa del Rey. Quizá no ganó en La Cartuja, pero demostró, una vez más, tener alma de campeón.