El partido se las prometía muy felices desde el primer minuto de encuentro. Murillo, de Rionegro, erró el mano a mano ante Bejarano y espoleó a la grada. Había ganas de fútbol en los Andes colombianos.
Pese a la diferencia clasificatoria entre ambos, en ningún momento se notó sobre el césped la supuesta mayor calidad de unos por encima de los otros. Bueno sí, cuando Aristeguieta enganchó la bola en la frontal del área y la coló en la escuadra.
El venezolano, que fue de lo mejor del choque en el apartado individual, dejó dos destellos de clase en apenas un minuto. Primero el tanto, que arrancó las telarañas de la portería de Valencia e inauguró el marcador. Acto seguido, el '9' visitante le soltó un caño digno de mención a Blanco.
No obstante, quizás envalentonados por la puesta en escena 'escarlata', los de Jorge Luis Bernal no tardaron ni dos minutos en igualar el partido. El gol, obra ahora sí de Murillo, noqueó a los 'Diablos Rojos' y dio ánimo a los locales hasta el descanso.
Una fuerza que se disipó al poco de la reanudación. En el minuto 50, Viveros provocó un penalti dudoso a ojos del espectador neutral que Cabrera se encargó de certificar.
1-2 y pese a los 40 minutos restantes, el marcador ya no se movería. Gran resultado de los de Fernando Correa que se colocan terceros, sólo por detrás de Millonarios y Cúcuta Deportivo.
Por su parte, Rionegro recibió un inmerecido premio a su fútbol, que bien pudo haber gozado de mayor fortuna de cara a puerta. Al final del encuentro la lluvia azotó el césped y Antioquía lloró por el actual estado del club de la región. Bernal tendrá que trabajar para sacar a su equipo de la zona baja de la tabla, ya que aglutina tan sólo cuatro puntos en seis jornadas disputadas.