A medio gas también se gana

Enrique Salvatierra hace 6 años 10.2k
Marcelo se reencontró con el gol. EFE

El Real Madrid recuperó la tranquilidad en el Bernabéu y superó a un Eibar que por mucho que apriete, no ahoga. Asensio y Marcelo completaron la tarea que empezó Oliveira con un gol en propia puerta. Cristiano sigue negado.

Terapia armera en el Bernabéu. El peor Real Madrid que se recuerda en casa consiguió solventar la papeleta del Eibar con cierta facilidad, en gran medida por la escasa mordiente que atesora el equipo de Mendilibar. Los de Zidane se dejaron morder sin apenas notar las marcas de un equipo sin dientes para hacer daño.

Lo vio claro el Madrid con la ocasión de Isco en el primer minuto. Sería cuestión de tiempo, como así fue. Sesteó durante un rato ante la alta presión que impuso Mendilibar y para tantear el grado de peligro que supondría los ya famosos correcalles de Chamartín. Vio Zidane que sería bueno y lo aceptó. El Eibar era endeble arriba y atrás languideció lo justo para encajar dos goles antes del descanso.

El primero, con un tiro en el pie de Oliveira, que se aseguró tanto de que Ramos no rematara que acabó batiendo él mismo a Dmitrovic. El portero fue el encargado de regalar el segundo. Todo lo que hizo por amargar a Cristiano, lo hizo también por calmar a Asensio, que se reencontró con el gol con la inestimable ayuda del guardameta.

Tantos regalos para un Madrid que va recuperando poco a poco la pólvora te hace imposible puntuar en el Bernabéu. Todo era felicidad, pero el gol de Cristiano no terminaba de llegar y el portugués comenzó a desesperarse. Sus gestos mostraban a un jugador superado, incapaz de marcar su primer gol en Liga en casa. El Cristiano de Champions no tiene nada que ver con el de Liga. El animal goleador que lleva dentro se transforma cuando ve las estrellas en el balón, pero se anula cuando vuelve a la normalidad de la Liga.

Sólo faltó Cristiano

Ante un Eibar que llegaba pero no generaba ninguna sensación de peligro, ver si Cristiano marcaba se convirtió en el entretenimiento de la segunda mitad. Movió ficha Zidane para encontrarle un escenario favorable. Benzema, Marcelo y Lucas Vázquez, sus mejores socios saltaron al césped para devolverle el olfato al portugués.

Ni por esas... Hasta tres ocasiones claras tuvo para marcar su golito y acortar distancias con Messi. Pero Dmitrovic se propuso frenarle como penitencia por el 2-0. Y lo consiguió. La cara del luso era un poema. Desesperado por ver difícil lo que siempre le resultó sencillo. Hasta Marcelo consiguió marcar tras una excelsa combinación con Benzema, que demostró que puede no dar goles, pero su aportación va mucho mas allá de lo meramente estadístico.

Acabó el partido y ganó el Madrid. El Eibar evitó la sonrojante goleada, los de Zidane recuperaron soltura en casa, pero se dejaron la cuenta pendiente de Cristiano, derrotado moralmente. Sus goles terminarán llegando, pero a unas horas de recibir (más que probablemente) el 'The Best', el portugués se marchó preocupado. No encuentra la chispa, aunque sus compañeros siguen poniendo de su parte para tener al equipo en la mejor posición posible para cuando la encuentre. Si no es muy tarde, este Madrid sigue aspirando a todo. Curiosamente, es la misma chispa que busca Mendilibar en su equipo, pero esa no será tan fácil de encontrar. 

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