Desde aquel partido ante el Swansea, el Chelsea no levanta cabeza. La sospecha que asociaba los malos resultados con la polémica habida con la doctora Carneiro toma forma tras aparecer en la ecuación el propietario del club, Roman Abramovich.
La temporada dista mucho de ser la deseada por ningún seguidor del Chelsea. Una victoria y un empate en cinco partidos ligueros son un muy pobre bagaje para un equipo que aspira a hacerse con el título de liga por segundo año consecutivo. Esto vino precedido por la derrota ante el Arsenal en la Community Shield, y tras una pretemporada muy discreta (un solo empate en cuatro partidos).
Esta semana debuta en Champions, recibiendo al Maccabi de Tel Aviv, este fin de semana se mide en casa al Arsenal, y en nueve días, el 23 de septiembre, se enfrentará al Walsall, que milita en la League 1, en dieciseisavos de la Capital One Cup. Encadenar tres malos resultados más podría ser determinante para José Mourinho.
Por si fuera poca la presión que se vive en el vestuario 'blue', un nuevo frente se abre a su entrenador. Por lo visto, Roman Abramovich, propietario del Chelsea, habría exigido a Mourinho que se disculpase con la doctora Eva Carneiro después de su desencuentro en aquel lejano primer partido de liga.
Presionado por su mujer, Dasha Zhukova, el magnate ruso requirió al técnico que se disculpase por los graves insultos vertidos hacia la doctora, y que captaron las cámaras para bochorno del portugués. Pero de esto hace ya más de un mes, y no hay nuevas noticias a la vista.
Al parecer, el mismo Abramovich no quiere tensar mucho la cuerda, ya que podrían entrar en una espiral de demandas que ningún bien haría al club y que tampoco sería barata. Quien sí que tiene pensado acudir a la justicia es Eva Carneiro, como ya informamos hace unos días.
El Chelsea está herido, roto por dentro. Los propios jugadores también querrán que se vuelva a la normalidad cuanto antes, y no precisamente por lo que se rumorea acerca de la doctora y sus futbolistas. No sólo la señora de Abramovich habrá presionado a su marido para que haga entrar en razón a José Mourinho. Es lógico pensar que toda mujer asociada al club de algún modo quiera que el técnico portugués recapacite y pida perdón por su lamentable comportamiento.
A este grave problema hay que añadirle otros pocos que arrastra el equipo. Ya no es sólo el no ganar, es el cómo se pierde, e incluso el cómo se gana. Se encajan muchos goles, se marcan pocos, muy pocos. Siete a favor, doce en contra. Se pierde contra rivales directos como el Manchester City y también contra equipos que luchan por la permanencia, como el Crystal Palace. Y es que el rendimiento de sus cracks dista mucho de ser el esperado.
Con un ambiente enrarecido en el vestuario, no es extraño este pésimo rendimiento. A tiempo están de remontar el vuelo, igual todo depende de que alguien se trague su ego y se disculpe.