Adel Sellimi, el héroe nacional sin títulos

BeSoccer hace 5 años 725
Adel Sellimi, leyenda tunecina. EFE/Archivo

Espigado, técnico y muy rápido, a Adel Sellimi le podrían haber apodado "el ratón" pero la prensa francesa prefirió destacar su capacidad física frente a su oficio en el área y le bautizó como "el pulmón".

Nacido en 1972 en el distrito popular de Bab el Jedid, en el corazón de Túnez capital, y acunado desde los diez años en el Club African, uno de los más laureados del país, Sellimi iluminó la etapa más brillante del fútbol tunecino y devino en un héroe nacional pese a que no acumuló títulos.

En la retina de sus compatriotas queda, sin embargo, su actuación y liderazgo en la Copa de África de 1996, en el que llevó a su equipo a una final continental por segunda vez en su historia con dos goles en un eléctrico y emocionante partido frente a Zambia (4-2).

Y la agilidad y la elegancia en el regate exhibida durante los Juegos Olímpicos celebrados en Atlanta ese mismo año en los que Túnez empató a un gol con una Argentina en la que brillaban nombres como el 'Piojo' López, Diego Pablo Simeone, Hernán Crespo o "el burrito" Ortega.

Cualidades que llevaron al Nantes a fijarse en él y a Sellimi a convertirse en uno de los primeros jugadores tunecinos en abandonar la entonces dictadura de Zinedin el Abedin Ben Alí y probar suerte y fortuna en Europa.

En Francia, sin embargo, las lesiones y las dificultades para adaptarse rápidamente a un fútbol más rápido y exigente evitaron que el delgado pero musculoso delantero compitiera y marcara como en el Club African, con el que había ganado dos ligas y una copa.

Con apenas dos goles en cuarenta partidos, y la Copa del Mundo de Francia a la vista, Sellimi aceptó un traspaso que le llevó a la Segunda División española: en concreto al Jaén, en el que jugó una temporada y media y no evitó que descendiera.

En tierras andaluzas recuperó, sin embargo, sensaciones y gran parte de su olfato de gol, lo que permitió que volviera a la titularidad en la selección y disputara el Mundial de Francia de 1998, el último en el que compitió Túnez hasta su clasificación para Rusia.

Allí jugó los tres partidos que disputó su selección, que quedó eliminada tras perder con Inglaterra y Colombia y empatar en la última jornada con la campeona de grupo, la Rumanía de Gheorghe Hagi y Bogdan Stelea.

El escaparate de la Copa del Mundo le permitió regresar a primera línea en Europa al fichar por el Friburgo, con el que disputó dos de sus mejores temporadas.

Especialmente la 1999-2000, en la que llegó a liderar la tabla de goleadores de la Bundesliga durante la primera vuelta.

Aun así, su actuación no convenció al entonces entrenador de las "Águilas de Cartago", el francés Henri Michel, quien no le incluyó en la lista de convocados para la Copa de África que ese año se disputó en Mali y en la que Túnez quedó eliminado en primera fase.

La decepción llevó al despido inmediato del técnico francés y a ser reemplazado en el banquillo por su compatriota Ammar Souayah, quien daría a Sellimi la última oportunidad de jugar un mundial: fue en Corea y Japón y también se marchó con la espinita clavada del gol que nunca le llegó en la copa del mundo.

Sellimi colgó las botas a los 32 años, tras una última temporada en el club de su infancia, 71 internacionales y 20 goles con la selección, e inició su carrera como entrenador, primero como segundo técnico en el Club African, y en 2013 como asistente en la selección nacional.

En 2017, fue fichado por Al Markhiya Sports Club, al que no pudo librar del descenso a la segunda división catarí, y hace varias semanas firmó como máximo responsable técnico de Al Khor, de la primera división de Catar. 

Mencionados en la noticia