El Manchester City sufrió algo más de lo esperado para sacar los tres puntos en el campo del Sheffield United. Guardiola reservó a Agüero, pero tuvo que tirar de él para evitar problemas. El argentino anotó a los cinco minutos de entrar en la enésima asistencia de De Bruyne. Reapareció Laporte y Gabriel Jesus falló un penalti.
Agüero se ha convertido en un semidiós del Manchester City. Aún no ha alcanzado el Olimpo de la temoprada porque el juicio supremo llegará en la eliminatoria de Champions ante el Madrid, cuando se espera que su estado de luz continua sea el que alimente el sueño de eliminar al multicampeón.
Mientras llega ese momento, el delantero argentino continúa engrasándose a base de goles. En un choque que el City debió haber resuelto antes, el Kun solo necesitó cinco minutos sobre el césped para imantar el triunfo.
Antes de que Agüero facturara los tres puntos, el equipo de Guardiola, ante un equipo que siempre da la lata, decidió complicarse la vida. Gabriel Jesus, a nueve para el descanso, marró un penalti que invitaba a un panorama mucho mejor.
Con esa losa y algún cambio en el once, hubo que echar más madera al fuego. Un fuego en el que estaba una de las mejores noticias de las últimas semanas: el regreso de Laporte a los terrenos de juego. 74 minutos tuvo el ex del Athletic para su particular puesta a punto.
Estaba costando un mundo. Sin embargo, la mejor sociedad posible para Guardiola a día de hoy, Kevin de Bruyne-Agüero, se puso a trabajar en serio en cuanto entró el argentino. Y pasó lo que suele pasar últimamente: asistencia del belga, tanto del Kun.
Sterling pudo ahorrar algunas gotas de sudor antes del añadido, pero no atinó. Tampoco el Sheffield, así que el City pudo sumar un nuevo éxito a domicilio gracias a su dupla letal.