El Cremonese se ahoga en Serie A, pero qué bien le sienta la Coppa al colista del fútbol italiano. Tras tumbar al Nápoles, líder, en la ronda anterior, y de nuevo como visitante, se 'cargó' a la Roma de José Mourinho para plantarse en semifinales.
Noche más que amarga para la Roma de José Mourinho, que vio cómo el Cremonese, el colista de la Serie A, un equipo que no ha conseguido ni una sola victoria en liga, se llevó el duelo en el Olímpico (1-2) y alarga el sueño en el que se encuentra sumido hasta las semifinales de la Coppa Italia de fútbol, en las que se medirá a la Fiore.
Nuevo campanazo en el torneo, el segundo que da el recién ascendido Cremonese. Después de que el Torino eliminara al Milan y de que los de Cremona (norte) se cargaran al todopoderoso Nápoles, le llegó el turno a la Roma, que se vio totalmente incapaz ante un equipo destinado a abandonar la máxima categoría del fútbol italiano.
Ni siquiera acabar el partido con Abraham, Belotti, Dybala, El Shaarawy y Pellegrini en el campo -toda la artillería ofensiva disponible tras el 'caso Zaniolo'- fue suficiente para perforar la sólida defensa de un crecido Cremonese que volvió a luchar de tú a tú a un grande de Italia y que no dejó escapar la oportunidad de seguir haciendo historia.
Un Cremonese que volvió loco a Mourinho. El setubalense, muy descontento con la primera parte de su equipo se marchó al vestuario antes de tiempo, harto del arbitraje y del juego de los no tan habituales. Y es que el conjunto local inició con hasta seis novedades, aunque tres de ellas fueron sustituidas al descanso.
Una de las caras menos habituales, la de Kumbulla, fue precisamente la culpable del primer gol del Cremonese al perder la posesión siendo el último hombre, dejando vendido a un Rui Patricio que cometió penalti. Dessers convirtió a la escuadra desde los once metros a la media hora.
Movió las fichas Mourinho en el descanso y dio entrada a cuatro jugadores de golpe. Dybala salió al rescate para conectar al centro del campo con la delantera y Cristante y Kumbulla se quedaron en el banquillo para cargar más el ataque, pero toda la energía de los recién ingresados se desvaneció tan solo cuatro minutos después de iniciar el segundo período.
En un nuevo error defensivo, esta vez de Ibañez, el Cremonese encontró hueco para llegar al área y tras el desvió de Celik amplió su rédito. No se lo podía creer Mourinho desde el banquillo. El Olímpico enmudeció.
Fueron minutos extraños para la 'Loba', desorientada, desacertada e imprecisa por la prisa de volver a meterse rápido en el partido, algo que fue consiguiendo poco a poco, con el paso de los minutos y con la caída física del Cremonese, que empezó a hundirse poco a poco y a sufrir.
Comenzaron a llegar las ocasiones. Belotti y Pellegrini no estuvieron acertados, Dybala no estuvo fino y Abraham se estrelló con el palo. La delantera de la Roma volvió a evidenciar el claro problema que atraviesa, siempre necesitada de demasiadas ocasiones para convertir. Belotti recortó distancias en el añadido, una reacción tardía e insuficiente en un mal partido de los romanos.
Pagó la 'Loba' una paupérrima primera parte y se queda sin Coppa. Mourinho acabó desquiciado con el árbitro. El Cremonese alivia con esta victoria el dolor del campeonato regular. Las semifinales son a partido doble, pero habiendo eliminado a Roma y Nápoles, los de Cremona se han ganado el derecho a soñar con la final. La Fiore y 180 minutos les separan de toda una final de Coppa Italia.