Cuando el descenso amenaza, el fútbol se vuelve grande y ofrece partidos dignos de las mejores academias deportivas. Porque Getafe y Alavés salieron a matar desde el minuto uno, a sabiendas de lo que se jugaban este sábado en el Coliseum Alfonso Pérez.
Con los locales a seis puntos de la peligrosa zona roja y los visitantes penúltimos en la clasificación, arrancó un encuentro en el que los de Quique Sánchez Flores salieron mucho más animados y agresivos en ataque, para sufrimiento del Alavés.
Durante toda la primera media hora, el cuadro local amenazó sin descanso la portería defendida por Fernando Pacheco, pero sin fortuna en el gol. Y el conjunto de José Luis Mendilibar, pese a que parecía estar dormido, consiguió darle un buen susto a sus rivales en la primera que tuvo, pero Rubén Duarte venía de fuera de juego, el asistente levantó el banderín y Santiago Jaime Latre anuló el gol por fuera de juego.
Nada más aterrizar el crono en la primera media hora de partido, una dura entra de Cuenca sobre Édgar Méndez, al que le clavó los tacos a la altura de la rodilla, marcó un antes y un después en el encuentro. Porque el VAR llamó a Jaime Latre y el colegiado no se lo pensó dos veces a la hora de mostrarle la cartulina roja al futbolista del Getafe, que se quedó con diez con una hora de partido por delante.
Parecía que la primera mitad iba a terminar con todo intacto en el electrónico, pero, entonces, apareció Gonzalo Escalante para poner patas arriba el partido. Primeramente, el gol del jugador del Alavés fue anulado, nuevamente, por fuera de juego. Pero el VAR volvió a informar al colegiado para que rectificara en su decisión, ya que Escalante se encontraba en línea en el momento en el que Duarte le envió el esférico.
Con el 0-1, nos marchamos al descanso, para dar pase 15 minutos después a una segunda mitad apoteósica. En el 55', Enes Ünal voló por los aires para limpiar las telarañas de la portería de Pacheco con un cabezazo soberano que se coló como un misil por la escuadra izquierda.
Pero ni tiempo le dio al Getafe de celebrar el empate, ya que en la siguiente jugada, solo unos segundos después, Édgar Méndez le pegó con todo con la diestra para perforar la escuadra derecha de Soria, que nada pudo hacer ante su tremendo zapatazo.
Una gran reacción del Alavés, que aguantó por encima en el marcador hasta el 72', cuando, ante la sorpresa hasta del propio Coliseum, Ünal, otra vez, firmó la obra de arte del partido. No sabemos si buscó el centro o el disparo, pero la realidad es que desde el lateral derecho, cerca de la línea de banda y a la altura del vértice del área rival, Enes le pegó con la diestra y el balón hizo una parábola espectacular en el aire, se envenenó y terminó dentro de los tres palos de la portería de Pacheco.
Y sin tiempo para más, un encuentro de locos con cuatro tantos, seis amarillas, una roja y dos goles anulados concluyó con un resultado de empate 2-2, un reparto de puntos para que el Getafe se mantenga en decimoquinta posición con 27, gracias al fantástico doblete de Ünal, y el Alavés consiga escalar un puesto hasta la decimoctava plaza con 21, a solo tres de la salvación.