Dos equipos que el año pasado militaban en Segunda B como SD Amorebieta y Burgos CF se vieron las caras en la jornada 5 de Segunda División. Ambos regalaron a los aficionados un bonito choque en el que la igualdad fue la tónica dominante y consecuencia de ello terminó 2-2.
SD Amorebieta y Burgos CF firmaron un atractivo duelo en las instalaciones de Lezama durante el partido correspondiente a la quinta jornada de Segunda División. Se vieron un total de cuatro goles, dos por mitad, y el resultado final dejó claro que ambos equipos han llegado a la categoría para quedarse.
La adaptación de ambos al fútbol de plata no está siendo mala, pues tras el resultado final del choque igualan con cinco puntos de 15 posibles. El partido comenzó de forma muy dinámica, con un gol prácticamente en el arranque.
Orozko fusiló a Alfonso Herrero tras una gran asistencia con el pecho de Olaetxea. El cuadro burgalés, que venía de endosarle tres goles al Valladolid, se veía por detrás cuando apenas habían llegado los 832 espectadores que se dieron cita en el campo.
Tras unos minutos de poco fútbol, llegó la igualada en el 26'. Y además, fue un gol de muy bella factura por la jugada previa. Guillermo recibió de espaldas en la frontal del área, dejó el balón a Valcarce y este se inventó un pase al hueco para Juanma García, que batió con frialdad a Santamaría.
El ritmo volvió a bajar de nuevo, conscientes ambas escuadras de que se les podían hacer largos los 90 minutos, y con la igualada se llegó al descanso. Tras la reanudación, ambos equipos se mostraron más verticales en la parcela ofensiva.
Sin embargo, todo se desequilibró con la tarjeta roja que vio Pablo Valcarce en el minuto 53. El centrocampista se enzarzó con Seguín, y Quintero González no tuvo dudas: expulsión directa para el futbolista visitante.
Pese al revés, los de Julián Calero no se vinieron abajo y plantaron cara en todo momento. De hecho, consiguieron una épica remontada gracias al cabezazo de Miguel Rubio en el 78', que remató a portería completamente solo ante la inoperancia de la defensa local.
Se la prometían muy felices los de El Plantío, con los tres puntos prácticamente en el bolsillo, pero no fue así. Cuando el cuarto árbitro estaba a punto de enseñar el tiempo añadido, Córdoba mandó el balón dentro de su propia portería tras un preciso centro desde la derecha. A la postre, empate que hace justicia y deja a ambos equipos en una situación aceptable para afrontar los siguientes choques.