Tablas en el Estadio de la Cerámica en un encuentro que dejó en evidencia a un Villarreal y permitió al Deportivo abandonar la zona de descenso. Merecieron mucho más los gallegos, que encontraron parte del premio a seis minutos para el final con un buen cabezazo de Andone.
Los equipos de la zona baja empiezan a notar el fuego quemando. Por eso el Deportivo sorprendió al Villarreal a base de más revoluciones y fe. Los de Calleja pagaron cara su relajación en un duelo en el que nunca llegaron a enchufarse. El 1-0 de Ünal, lejos de asentarles en el terreno de juego, le indigestó.
Voló un punto del Estadio de la Cerámica pero perfectamente pudieron ser tres. Los de Cristóbal Parralo, a excepción de los diez primeros minutos, fueron mejores en cuanto a planteamiento, disposición y llegada. Obviamente, le penalizó la falta de puntería, como ocurre a los equipos que marchan en zona roja. Albentosa, pasado el cuarto de hora, pasó por el área tras haberse quedado allí en una acción a balón parado. Adrián se puso a esquiar por la banda izquierda y le sirvió el tanto en bandeja, pero ser central y disparar con la pierna mala no es buen negocio.
Dice el manual de los tópicos que dominar sin marcar es la antesala de la perdición. La rúbrica al perogrullo llegó en turco. Ünal, que disfrutaba de la primera reválida para suplir a Bakambu, culminó un pase de la muerte de Bacca, aunque al que hay que invitar a cenar es a Fornals, artífice de una gran conducción.
Segunda parte atractiva
El 1-0 a la media hora no mandó al Dépor a la cuneta ni mucho menos. Adrián no estaba dispuesto. El asturiano recordó al de sus mejores tardes sorteando defensas por el carril izquierdo y dando tormentos a Mario. De hecho, nada más reanudarse volvió a acceder al área como declaración de intenciones.
Aunque Rubén tuvo que emplearse a fondo para evitar que Samu Castillejo echara la persiana al choque. A partir de ahí, el choque se abrió y el espectador disfrutó.
A una nueva ocasión de Bacca respondió con otra Adrián. Sin nada que perder, Cristóbal apiló hombres de ataque y ello terminó de inclinar la balanza, más aún viendo que el Villarreal no sentía peligro real de empate. Sin embargo, fue un defensa el que iluminó al Deportivo. Sidnei cabalgó sin oposición y dibujó un centro magistral para Andone. El rumano, siempre batallador y siempre fallón, no perdonó esta vez: cruzó con tino su testarazo y entró tras tocar el poste.
No siempre justicia y goles van de la mano, aunque esta vez ocurrió así. Apenas tuvo tiempo para replicar el Villarreal, aunque Bacca tuvo la suya en la última llegada peligrosa.
Europa exigirá más colmillo a los de Calleja; este camino permitirá al Deportivo seguir aspirando a la permanencia.